En esta ocasión quiero tratar un tema que a mí personalmente me resulta fascinante, y es la relación del pranayama y la alimentación.
En este episodio vamos a conocer el valor de la comida en términos de energía vital. Y también descubriremos qué tipos de alimentos son más recomendables para sostener una práctica comprometida de pranayama.
Al final haremos juntos una meditación para lograr una autoridad propia constante. ¡No te la pierdas!
Contenido:
- Pranayama y alimentación. Minuto 6:23
- Alimentos tamásicos, rajásicos y sátvicos
- André Simonéton
- Alimentos para pranayama
- Meditación: Calibre para una autoridad propia constante. Minuto 15:51

Transcripción:
Sinceramente, no sé cómo he tardado tanto en traer este tema al podcast, porque es algo que a mí me ha interesado desde siempre, y me resulta realmente fascinante.
Es una forma de cuidar tu energía, de promover tu desarrollo espiritual y de llevar tu práctica contigo en todo momento. Ya sabes que el yoga no es únicamente el ejercicio o las meditaciones que hacemos, sino que es todo un estilo de vida que busca la salud y la rectitud.
Así que hoy vamos a hablar de cómo a través de la alimentación podemos sostener y apoyar nuestra práctica, ya que aquí hablamos mucho de prana, como fuente de energía vital, pero el prana no sólo lo obtenemos del aire que respiramos, sino también de la comida que ingerimos.
Pranayama y alimentación
Cada alimento que tomamos, más allá de los nutrientes como las vitaminas, proteínas, etc., nos aporta además una cantidad determinada de prana, y tiene un cierto efecto en nuestra energía sutil.
Esto supone que dependiendo de lo que comamos, podamos vibrar cada vez más alto, o todo lo contrario, que seamos cada vez más densos y tengamos menos vitalidad.
Como anécdota, yo antes de hacer nada de yoga, empecé a observar que toda la gente vegetariana que conocía hablaban muy despacio, con un tono dulce y parecían realmente tranquilos.
Coincidió que conocí a varias personas, y que a mí me llamaba mucho la atención el tema de hacerme vegetariana, pero nunca lo había pensado en serio.
Te confieso que esas personas me daban envidia, porque yo soy muy nerviosa, aunque no lo parezca, y ellos parecían estar totalmente bajo control. Así que me rondó por mucho tiempo esa idea en la cabeza, hasta que ya en la formación de yoga me confirmaron que efectivamente, la alimentación ayuda a refinar la energía, y ahí me decidí a hacer el cambio.
Por un lado está esta idea, de elevarse y mantenerse más puro, pero quizás hoy lo que más nos interese en relación al tema del podcast es la carga de energía vital.
Porque normalmente comemos para mantenernos vivos y cubrir las necesidades de nuestro cuerpo, pero lo cierto es que no todos los alimentos nos aportan vida, de hecho, hay muchos que nos la quitan.
Alimentos tamásicos, rajásicos y sátvicos
El Yoga esto lo sabe desde siempre, y así cataloga a los diferentes alimentos en tres categorías:
- Alimentos tamásicos: son aquellos que bajan nuestros niveles de energía y nos hacen estar letárgicos y apáticos. Tamas se vincula a la inercia, al estancamiento y a la opacidad. Y bajo este grupo encontramos todos los alimentos procesados o recalentados, el alcohol, la carne y el azúcar.
- Alimentos rajásicos: son aquellos que suben nuestros niveles de energía, llevándonos a la excitación, agitación e intranquilidad. Rajas se relaciona con el movimiento y la aceleración. Los alimentos que tienen esta cualidad son el té, el café, la cebolla, el ajo, las especias, el picante y la sal.
- Alimentos sáttvicos: ayudan a mantener el equilibrio, la salud y la longevidad. La cualidad sátvica es la buscada desde el Yoga, ya que te permite disponer de tu energía y emplearla como necesitas, siendo capaz tanto de frenar, como de activarte. Son alimentos sáttvicos las frutas, verduras, semillas, legumbres, cereales,… Todos ellos nos conectan con la vida y nos llenan de energía vital.
André Simonéton
Esta es la forma tradicional de catalogar los alimentos, pero en 1928, un ingeniero francés llamado André Simonéton realizó un experimento a través del cual consiguió mostrar y establecer la carga pránica de los diferentes alimentos.
Para ello empleó un péndulo, ya que la energía sutil de la comida vibra y emite radiación, que afecta a la oscilación del péndulo. De esta forma, midiendo el arco del movimiento del péndulo, así como su velocidad, fue capaz de determinar diferentes longitudes de onda, y asociarlas a la energía y vitalidad intrínsecas de cada producto.
Obtuvo 4 categorías, que van desde los 10.000 angstroms, hasta los 2.000. Dentro de esta escala él pudo comprobar que la energía del ser humano se encuentra en torno a los 6.500 angstroms.
El primer grupo por tanto se creó con los alimentos que se encuentran entre los 10.000 y los 6.500 angstroms, siendo los de mayor calidad. Aquí se encuentran las frutas, las verduras frescas, los cereales integrales, las aceitunas, los pescados del océano, y los mariscos.
El segundo contempla los alimentos entre 6.500 y 3.000 angstroms, y lo componen los huevos, el aceite de cacahuete, el vino, las verduras hervidas, el azúcar de caña y el pescado cocinado.
Después, por debajo de 3.000 angstroms, con una radiación muy baja ya, está la carne cocinada, el café, el té, el chocolate, las mermeladas, los quesos procesados y el pan blanco.
Por último, hay una categoría por debajo de 2.000 angstroms que demostró no tener prácticamente nada de energía vital, y engloba la margarina, las conservas, las bebidas alcohólicas, el azúcar blanco y la harina refinada.
Sé que son alimentos muy concretos, a la vez que faltan muchos otros, pero puede darte una idea de lo serio que es este tema, así como una imagen muy clara de lo que supone la vibración energética.
Además, introduce algo muy importante, y es que no sólo es fundamental lo que comes, sino también cómo lo cocinas. Ya que la verdura fresca tiene el máximo de energía, pero una vez cocinada ésta se va perdiendo. Hasta agotarse casi por completo si la compras en lata.
En el experimento, la carne, la leche pasteurizada y las verduras que se habían cocinado durante mucho tiempo no lograron hacer que el péndulo se moviera en absoluto.
Esto confirma la recomendación que desde el Yoga se ha hecho siempre de mantener una dieta vegetariana.
Alimentos para pranayama
Pero más allá del valor individual de cada alimento, vamos a ver las recomendaciones en cuanto a la alimentación, si queremos seguir una práctica comprometida y obtener el máximo beneficio de nuestras prácticas de Yoga y de pranayama.
Aquí me gustaría aclarar que la práctica tradicional no es lo que hacemos cualquiera de nosotros normalmente, ya que parte de la idea de un compromiso total con el desarrollo de la conciencia, e implica enorme disciplina y sacrificio. Hasta el punto de dejar toda tu vida para dedicarte únicamente a tus prácticas espirituales.
Pero aunque ninguno estemos en este punto, no está de más conocer las recomendaciones, ya que sea como sea tu práctica, seguro que puede verse beneficiada de ciertos cambios en tu alimentación.
Lo primero es tener en cuenta que aunque se aconseje una dieta vegetariana, no existe una única fórmula para todos. Cada persona tiene una constitución y un nivel de energía diferente. Si por ejemplo te cuesta mucho frenar la actividad mental, cierta cantidad de alimentos tamásicos te puede ayudar. Y si al contrario, eres una persona lenta, incapaz de iniciar la actividad, te verás beneficiado de productos rajásicos.
La categoría de alimentos sátvicos beneficia a todo el mundo por igual, y al final se dice que con una dieta basada en el consumo de cereales, legumbres, frutas, verduras y una pequeña cantidad de lácteos (no si eres vegano) tienes garantizado el beneficio.
Además hay una norma importante, que debe prevalecer siempre, y es la moderación. Al final nada en exceso es bueno, así que debe siempre primar este principio.
Por ello a la hora de comer se recomienda llenar la mitad del estómago con comida, un cuarto con agua, y dejar el otro cuarto libre.
Esto es algo que nos cuesta mucho, ya que si tenemos la oportunidad, todos tendemos a comer de más. Esto nos satisface a corto plazo, especialmente a nivel mental y sensorial, pero internamente genera mucha presión en el diafragma y los pulmones, dificultando enormemente el proceso de la respiración.
De todas formas recuerda que nunca debemos practicar con el estómago lleno. A la hora de practicar Yoga o pranayama lo mejor es hacerlo en ayunas, o dejar pasar al menos 3 horas desde la última comida. Aunque aquí Iyengar marca un tiempo mucho mayor, llegando a las 6 horas.
Después, una vez completada la práctica, se recomienda también esperar media hora para comer, de forma ideal algo suave y ligero.
Sé que todo esto puede estar muy alejado de lo que haces normalmente, pero espero que te sirva para seguir tomando conciencia de la importancia de tu práctica, hoy también de tu alimentación, y que puedas así tomar las mejores decisiones para tu crecimiento y bienestar.
Meditación: Calibre para una autoridad propia constante

- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Postura: sentado en postura fácil (Sukhasana), vas a cerrar ambas manos en puños, dejando el pulgar dentro. Coloca las manos por delante de tu cuerpo, al nivel del corazón. Mantén en contacto las muñecas, y el primer nudillo de cada dedo.
- Respiración: completa, alternando con el siguiente patrón:
- Inhala profundo por la nariz
- Exhala completamente a través de la boca, frunciendo los labios
- Inhala ahora por la boca, de forma suave
- Exhala lentamente por la nariz
- Ojos: enfocados en la punta de la nariz.
- Tiempo: 3 minutos.
- Para terminar: inhala profundo, sostén la respiración y mientras aguantas el aire dentro estira los brazos y las manos por encima de tu cabeza. Exhala sin deshacer, y permanece estirando mientras tomas dos respiraciones profundas. Después relaja completamente.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.
