En este episodio vemos cómo a través de la respiración podemos ayudar a calmar la mente, y hablamos de la importancia de la respiración consciente para ello.
Si queremos frenar o acallar nuestros pensamientos es fundamental que prestemos atención a la relación mente y respiración, tomando conciencia de ella podremos abandonar los patrones negativos que nos mantienen esclavos de la mente.
Pero como entender la mente desde la propia mente es muy difícil, lo mejor es ponerlo en práctica y lo hacemos con una meditación para invocar un espacio meditativo. Ganarás fortaleza mental y podrás percibir todo con mayor claridad. ¡No te la pierdas!
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Contenido
- Cómo relajar la mente
- Respiración consciente o automática
- Beneficios de la respiración consciente
- Beneficios mentales de la respiración completa
- Meditación: invocando un estado meditativo

Cómo relajar la mente
Todos sabemos la cantidad de beneficios que nos aporta la relajación. Ahora que estoy desarrollando en la Escuela Online el curso sobre el sistema inmune me doy más cuenta que nunca. Y es que desde la tranquilidad podemos mantenernos más sanos, creativos y felices.
Esto nadie lo duda, pero en este mundo acelerado y sobrecargado de información y estímulos, ¿cómo llevamos esa relajación a la mente?
Esta es una pregunta que ha respondido el Yoga a lo largo de los años, ya que desde sus comienzos se identificó que uno de los grandes problemas con los que tenía que lidiar el hombre, era su propia mente.
De hecho Patanjali, en sus sutras, identifica las fluctuaciones mentales como aquello que nos distrae y genera malestar, y el Yoga como el método para lidiar con ellas y detenerlas. Él las representa como las olas del océano, seguro que no te resulta extraño porque muchas veces se ha usado esta comparación para entender el flujo de los pensamientos.
Patanjali ofrece dos medios para calmarlos, la práctica constante y disciplinada, y el desapego.
A través del compromiso con nuestro trabajo personal, con nuestra práctica de Yoga o meditación, podemos crear la fortaleza y concentración necesarias para no dejarnos arrastrar por la fuerza de los pensamientos, o de las olas. Este tipo de ejercicios nos ayudan a estar más centrados y estables, de forma que nos es más fácil estar presentes en cada instante.
Pero también nos ayudan con el segundo de los medios, el desapego, que, en mi opinión, es muy difícil trabajar por sí mismo, y especialmente a través de la mente.
Al mantener un trabajo de meditación constante podemos darnos cuenta de que existe un espacio que no cambia de un día para otro. Hay cosas que al sentarte a meditar se sienten distintas, no todos los días estás igual, pero pese a ello, pese a todas las variaciones que pueda haber en ti mismo o en tu entorno, siempre llegas al mismo lugar dentro de ti.
Esa es tu verdadera esencia, y puedes acceder a ella gracias a tu mente neutral. Es lo que buscamos en la meditación, no sólo reconocer las olas y los pensamientos, sino darnos cuenta de su movimiento y permitirlo sin que nos afecte. Es cuando podemos reconocernos en la totalidad del océano, y no únicamente en una ola.
Y, obviamente, la respiración es tu gran compañera y aliada en este proceso.
Nunca vamos a frenar la actividad de la mente, recuerda que ya hemos hablado en otros episodios de que esto es algo imposible, y jamás es el objetivo de la meditación, como mucha gente cree.
Los pensamientos están ahí y van a seguir estando, por lo que lo importante es que seamos conscientes de ellos. Piensa que en cada pestañeo la mente genera 1000 pensamientos, pero no somos conscientes más que de una pequeñísima parte.
Te pongo otro ejemplo para que lo puedas entender fácilmente. Imagina la mente como un lago de agua en calma, con la superficie tranquila. Si tiras una piedra ésta genera una distorsión creando un movimiento ondulante en la superficie. Esto lo vemos fácilmente, pero además, en el fondo del lago, al caer la piedra se levanta la arena, enturbiando el agua.
La piedra puede representar un pensamiento, que crea el mismo movimiento y distorsión en nuestra mente, tanto a nivel superficial, fácilmente reconocible, como subconsciente.
Al cabo de un tiempo el efecto de esta piedra desaparece y todo el agua vuelve a la calma. Pero imagina ahora que no paran de caer piedras al mismo lago. Se crea un efecto en cadena y las ondas se multiplican, todo el agua se sume en el desorden, cada vez más agitada y empantanada.
Así es como suelen estar nuestras mentes a día de hoy, porque sin darnos cuenta dejamos que las piedras caigan continuamente en ellas.
Pero no te preocupes, porque podemos cambiar esta situación trabajando con la respiración.
Respiración consciente y automática
Lo más importante para ello es hacer que nuestra respiración sea consciente, debemos darnos cuenta en todo momento de cómo es y buscar hacerla profunda y completa.
De hecho el Yoga diferencia dos tipos claramente diferenciados de respiración: la automática, cuando dejamos que el cuerpo respire por sí solo sin intervenir, y la consciente, cuando la dirigimos nosotros.
Ya hablamos en los primeros episodios de cómo nadie nos ha enseñado a prestar atención a nuestra respiración, por lo que lo normal es que llevemos mucho tiempo haciéndola de forma automática.
Pero hablamos también de que esto puede cambiar en cualquier momento, sólo necesitas poner tu intención en ello y empezar a entrenar. Recuerda que con la práctica, disciplinada y comprometida, los cambios y beneficios son enormes.
Te leo una cita por si aún no estás decidido:
Es tu respiración de vida, tienes que cuidarla. No recordamos que la respiración tenga ninguna importancia para nosotros. No sabemos que estamos vinculados a ella. Creemos que es automática y que nuestro bisabuelo debió firmar un contrato por ella. Nos preocupamos por todo en este mundo, pero no nos preocupamos de lo que nos da la vida, que es nuestra respiración. En el momento que no respiras, te desechan. La respiración es tu todo y tú no tienes tiempo de meditar en ella. Tengo que decirte una cosa muy clara. Yo sólo puedo pasarte la verdad. No puedo sentarme en ti y respirar.
YB
A lo largo de este podcast ya has hecho muchas respiraciones conscientes, así que deberías saber de lo que te hablo. Pero por si acaso vamos a recordar que una respiración consciente se refiere a la respiración que hacemos de forma completa, a través de la nariz, empleando toda nuestra capacidad pulmonar. De esta forma cogemos el aire tan lenta y profundamente como podemos, haciendo una larga inhalación, y lo mismo con la exhalación, haciéndola lenta, profunda y asegurándonos de soltar todo el aire.
Normalmente tenemos que poner mucha atención para respirar así y, de alguna forma, forzarlo. Esto es normal al inicio, y solemos hacerlo sólo durante las meditaciones o las clases. Después durante el día se nos olvida, aunque el cuerpo poco a poco va cogiendo el hábito de hacerlo por sí mismo.
Beneficios de la respiración consciente
Pero si le echamos una mano y nos concentramos en hacer la respiración consciente aunque sea a ratitos durante nuestras jornadas, podríamos beneficiarnos de grandes cambios.
Se dice que haciéndola durante 31 minutos al día puedes disfrutar de una salud y fortaleza difíciles de imaginar. Y más allá de lo físico te aporta una gran intuición, por lo que puedes conocer fácilmente todas las respuestas que necesitas.
Si 31 minutos es mucho tiempo para ti, debes saber que al menos deberías hacer 11, ya que de lo contrario estarías perdiendo el 40% de tu energía vital. Y se dice que esta energía no puede ser reemplazada por nada más, ni medicinas, ni ejercicios, ni café,…
Así que al menos dedica 11 minutos de tu tiempo para hacer una respiración consciente y mantener tu salud y energía. Respira de forma lenta, larga y profunda.
Beneficios mentales de la respiración completa
Y disfrutarás además de grandes beneficios a nivel mental. Te comparto de nuevo una cita:
Tu mente frena automáticamente cuando estás haciendo una respiración consciente. Tu mente no puede ir a ningún lado. Llega justo al punto en el que dice: “Sí, maestro”. Normalmente dice: “Ey, esclavo, haz lo que yo digo”. Pero una vez que has empezado a respirar rítmica y conscientemente, la mente parará. Y si de verdad lo haces cada día durante un tiempo, te sorprenderá descubrir que la mente no te desobedece por ninguna razón.
YB
En el episodio 12 hablábamos de cómo la mente sigue siempre a la postura y a la respiración, por lo que crear el hábito de respirar de forma lenta y consciente nos aporta enormes beneficios mentalmente. Te recuerdo los que te comentaba en aquel episodio:
- Aumenta el nivel de oxígeno al cerebro, de forma que puedes sentirte más alerta y vital.
- Beneficia a la glándula pituitaria, por lo que aumenta la intuición.
- Limpia y activa el sistema nervioso.
- Ayuda a salir de bucles de pensamiento, rompe los patrones negativos.
- Crea nuevos procesos de pensamiento, estableciendo patrones y hábitos nuevos, más positivos.
- Modifica la forma en que percibimos el dolor, llegando a eliminarlo.
Y ahora vamos a ponerlo en práctica con una meditación para invocar un estado meditativo. Te ayudará a sanar la relación con tus pensamientos, y a relacionarte con todos los aspectos de tu vida con mayor claridad y fortaleza.
Meditación: invocando un estado meditativo

- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Postura: sentado en postura Fácil, Sukhasana. Cierra la mano derecha en un puño y mantenla a la altura del hombro. Eleva la mano izquierda a esta misma altura, pero mantenla abierta, con la palma mirando hacia el techo y los dedos apuntando hacia la izquierda.
- Ojos: enfocados en la punta de la nariz.
- Respiración: toma una inhalación profunda y completa, exhala del mismo modo y con los pulmones vacíos frena dejando el aire fuera todo el tiempo que te sea posible (suspensión en la exhalación). Aguanta hasta el máximo de tu capacidad, cuando no puedas más, comienza una nueva inhalación y continúa con este patrón.
- Tiempo: 11 minutos.
- Para terminar:
- Inhala durante 2 segundos, exhala durante 2 segundos.
- Repite lo anterior.
- Inhala, mantén el aire dentro 10 segundos mientras estiras las manos y brazos sobre tu cabeza tensando todo el cuerpo.
- Exhala y relaja.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.
