Hoy quiero tratar en profundidad la relación entre la vitalidad y la respiración, ya que es uno de sus principales beneficios, pero no siempre nos acordamos de él y terminamos recurriendo a todo tipo de sustancias estimulantes.
Como vimos al inicio de este podcast, la respiración completa cuenta con enormes beneficios, pero hoy vamos a concentrarnos en el incremento de energía y vitalidad. Descubrirás todo lo que necesitas saber para aumentar el vigor de forma natural y realizaremos al final una meditación para activar y multiplicar la energía. ¡No te la pierdas!
Contenido
- La vitalidad en el Yoga: minuto 4:17
- Fuentes de vitalidad.
- Tipos de vitalidad.
- Pranayamas para incrementar la vitalidad.
- Meditación para activar y multiplicar la energía: minuto 15:14
Transcripción
A día de hoy muchas personas se sienten cansadas y notan la falta de vitalidad a la hora de hacer frente a la rutina. La solución más rápida suele ser tomar un café, buscando despertarse y aclarar la mente. Pero el Yoga pone a nuestra disposición otras muchas técnicas que de forma natural pueden ayudarte a incrementar tus niveles de energía.
Es de lo que te quiero hablar hoy, porque siempre va a haber circunstancias o personas que te hagan perder energía, que alteren tu estado de ánimo, o que afecten a tu concentración mental.
Depende de ti no sólo mantener tu propia paz, sino también emplear tu energía de forma consciente y efectiva para salir victorioso en cada situación. ¿Cómo? Te preguntarás. Pues es muy fácil, eligiendo respirar de forma consciente.
Puedes imaginar la respiración como la palanca de cambios del coche. Cuando conduces puedes ajustar la marcha para adecuarla a las necesidades de la carretera. Pues del mismo modo puedes transitar a lo largo de tu día de forma suave y fluida a través de la respiración.
Puedes ganar más potencia cuando la situación lo requiera. Y no sólo eso, con la práctica comprometida y consciente puedes llegar a ser un coche automático, de forma que todo funcione de manera perfecta e instintiva.
La vitalidad en el Yoga
El Yoga además nos enseña que la vitalidad que solemos buscar en el exterior, en realidad nace del interior, de un estado de plenitud y armonía internas. Por ello hay varios aspectos fundamentales que debemos tener en cuenta, ya que todos ellos conducen a la pérdida de vitalidad, y su origen es profundo, resultando a veces difícil de reconocer.
Si te sientes cansado de forma habitual y sobre todo, si ese cansancio no desaparece después de echarte una siesta o dormir unas pocas horas más, puede deberse en primer lugar a un exceso de estrés.
Kundalini Yoga dice que lo único que puede robarte la vitalidad es el estrés. Ahora vamos a ver que hay algunos factores más, pero es cierto que mantenernos de forma continua bajo presión nos agota y nos roba la fuerza. Es algo que puedes observar y reconocer muy fácilmente, ya que a día de hoy todos padecemos estrés en algún momento.
El segundo aspecto es el miedo, ya que su energía es muy pesada y también produce ese efecto de letargo y agotamiento. Puedes sentirlo de forma repentina o continuada, hasta el punto de no tener fuerzas para mantener una conversación o una mirada fija. Bajo la energía del miedo todo se siente más difícil y cuesta más trabajo realizar la más sencilla de las tareas.
Y por último otro aspecto no tan evidente que nos hace perder la energía es el no estar alineados con nuestro propósito. Esto puede ocurrir cuando no estamos en el lugar adecuado, con la persona adecuada o cuando no estamos haciendo lo adecuado.
Y con ello no quiero decir lo correcto, sino aquello que está en sintonía contigo, con tu desarrollo espiritual y con el propósito de tu alma. Digamos que cuando te apartas de tu camino se pierde de nuevo el vigor, ya que de alguna forma tu espíritu se aburre. Así es como nos convertimos en zombies y terminamos viviendo nuestras vidas con la sensación de estar anestesiados.
Al final todo en la vida está conectado y si tenemos en cuenta que la vitalidad proviene como hemos dicho de nuestra plenitud, y no de una única parte de nuestro ser o de nuestro organismo, podemos entender lo sutil que es su equilibrio, y a la vez la capacidad tan grande que tenemos de intervenir en ella.
Gurucharan Singh lo compara al movimiento de un columpio, y lo describe así:
Es como empujar un columpio. Un empujón gigante puede expulsar a un pasajero desprevenido. Un pequeño empujón aplicado de la manera correcta, mientras el columpio regresa y alcanza su zenit, envía al columpio y a su encantado pasajero aún más alto de forma firme y estable.
gurucharan singh
Fuentes de vitalidad
Del mismo modo, cuando nuestros niveles de energía son altos, todos los aspectos de nuestra vida se ven mejorados. Podemos expresarnos con mayor confianza e intensidad, tenemos más ganas de relacionarnos y de establecer conexiones, nos sentimos más capaces a la hora de resolver cualquier problema, etc.
Todos podemos sentir y reconocer la energía que nos mueve y nos mantiene. Y aunque en realidad no todo el mundo está abierto a reconocerlo, todos disponemos de una gran fuente de energía en nuestro interior: nuestro espíritu.
Es sutil, pero si avanzas profundo en ti mismo y conectas con tu esencia, con tu parte más auténtica, vas a poder notar cómo te llena de fuerza y vigor.
Por eso es fundamental que aprendas a reconocer en qué momento tus niveles de energía cambian, para ser consciente de tus hábitos, y de qué te hace perder tu vitalidad.
Porque normalmente tendemos a buscar la recarga de energía que necesitamos en fuentes nada saludables, como la comida basura, las drogas, los dramas emocionales, la negatividad o la excitación. En lugar de comprender el conjunto que forman nuestro cuerpo, mente y espíritu como un todo único e inseparable.
Cuando recurrimos a la comida o las drogas no nos damos cuenta de que esa vitalidad que nos aportan es inmediata, pero no dura ni es estable. En realidad, al cuerpo le supone un gasto mayor de energía a largo plazo, de lo que te ha aportado en el momento.
En cambio, en nuestra respiración sí que tenemos una fuente de energía totalmente fiable, estable y duradera. Sin ningún efecto secundario y siempre a nuestra disposición, ya que se encuentra almacenada en nuestro cuerpo, esperando a ser requerida y activada, algo que podemos hacer muy fácilmente con la respiración.
Gracias a ella podemos acceder a todas estas fuentes naturales de vitalidad:
- El sistema nervioso, que puede almacenar y liberar energía, al igual que lo hacen los músculos. De hecho se puede entrenar y tonificar al igual que hacemos con nuestra musculatura, ya que se ve afectado de forma directa por la respiración, el ejercicio físico y la actitud.
- También las emociones son una fuente de vitalidad, junto con los impulsos eléctricos que generan, y los procesos químicos que detonan.
- La conciencia es otra fuente fundamental, ya que tu presencia y tu atención afectan directamente al cerebro.
- Y por último una alimentación sana, saludable y consciente.
Todas ellas comparten la capacidad de sostenerte no sólo en el momento presente, sino también a largo plazo, en el futuro. Por lo que lo ideal es buscar la energía que necesitamos en ellas porque la vamos a obtener de la forma más segura y natural.
Y aquí entra la importancia de la conciencia, ya que si no contamos con la práctica o entrenamiento suficiente, es muy fácil que cuando sintamos un déficit o bajón de energía, nos dejemos llevar por hábitos totalmente inconscientes, sin plantearnos siquiera qué estamos haciendo, moviéndonos únicamente por actos reflejos.
Lo más habitual es coger aquello que tenemos más cerca y nos cuesta menos esfuerzo. Estamos rodeados de comida basura y todo tipo de ofertas inmediatas, de ahí que nos resulte más sencillo comprar un bollo o un café que sentarnos a meditar.
Pero esto ya hemos visto que no es bueno ni efectivo para el organismo. Con este tipo de fuentes a largo plazo terminamos pagando un precio muy alto, como por ejemplo depresión, ansiedad, alergias, enfermedades, o pérdida de foco y concentración.
Además, lo ideal de buscar una fuente natural, es hacerlo de forma estable, manteniendo el flujo de energía en todo momento, al igual que un arroyo fluye de manera continua. Porque la vida siempre te va a demandar energía, y vas a necesitar regenerar tus reservas.
Tipos de vitalidad
Aquí hay tres tipos de demandas energéticas, aunque en realidad cuando hablamos de vitalidad nos estamos refiriendo a todas ellas a la vez, ya que todas se ven beneficiadas cuando trabajamos para aumentar nuestros niveles de energía.
La primera de ellas es la demanda de energía para una acción inmediata. Se trata de algo puntual, de corta duración, pero requiere de un reabastecimiento continuo.
La segunda puede aparecer de dos formas, pero ambas consumen el mismo tipo de energía, que se asemeja más a un depósito. Y esto es porque podemos consumirla lentamente, en pequeñas cantidades durante un largo período de tiempo, o al contrario, en grandes cantidades en un plazo más corto. Este tipo de energía reside en los músculos, grasa, glándulas y nervios, ayudando en la mayoría de tus actividades y funciones diarias.
Por último la tercera reside en los patrones que mantenemos de tensión y emoción. Aunque no lo creas, puedes liberar, almacenar o distribuir este tipo de energía, y haciéndolo de forma consciente lograrás tener una gran cantidad de energía a tu disposición para usarla correctamente, en lugar de perderla en patrones negativos e inconscientes.
Pranayamas para incrementar la vitalidad
En realidad la práctica continuada de cualquier pranayama va a reportarte el beneficio de la vitalidad, pero si quieres prácticas específicas para ello, a continuación te muestro las mejores:
- Respiración completa. Pese a su sencillez esta respiración puede proporcionar un gran cambio a tu energía. Especialmente si tu falta de vitalidad se debe al estrés, ya que te ayuda a relajar la tensión, a hacerte más presente, y a conectar contigo mismo. Me imagino que ya sabes cómo realizarla, pero si necesitas revisarla puedes hacerlo en el episodio número 6.
- Respiración solar, que en realidad no deja de ser una respiración completa, pero que realizamos únicamente por el lado derecho de la nariz. Recuerda que la fosa nasal derecha conecta directamente con Pingala, el canal energético asociado al sol, y por tanto, nos ayuda a calentar, despertar y activar nuestra energía. Si quieres aprender más sobre él puedes hacerlo en el episodio número 22, dedicado a las nadis.
- Vishama Vritti Pranayama. Puede que no la recuerdes con este nombre, no te asustes por él, porque esta es una respiración muy sencilla. De nuevo se trata de una respiración completa, en la que lo único que debes hacer es que la inhalación sea más larga que la exhalación. Es decir, pasas más tiempo cogiendo aire de lo que pasas soltándolo. De este modo se enfatiza la parte de recarga y acumulación, frente a aquella de liberación y relajación. De nuevo puedes aprender más sobre esta técnica en el episodio número 21.
- Respiración segmentada. Si divides la inhalación y la exhalación en segmentos iguales puedes lograr el mismo efecto de claridad, energía y motivación. En este caso te recomiendo hacerlo en un patrón 4/4, o 8/4, que combinaría esta respiración con la anterior. Este pranayama lo tienes explicado en profundidad en el episodio 24.
- Respiración de fuego. Pero si lo que quieres es un incremento rápido e inmediato de energía, te recomiendo sin duda la respiración de fuego, que puedes conocer en el episodio 30. Seguro que ya has podido experimentar más de una vez su efecto y sabes de qué te hablo. Es un pranayama que te despierta, activa y llena de energía al momento, por lo que te lo recomiendo especialmente por la mañana para arracar tu día con fuerza.
Meditación para activar y multiplicar la energía
- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Postura: antes de comenzar debes quitarte si llevas algún anillo. Después, sentado en postura Fácil, Sukhasana, vas a entrelazar todos los dedos en las manos excepto los dedos anulares. Éstos, van a quedar apuntando hacia abajo y se mantienen entrelazados para que se toquen sus yemas. Junta con fuerza las manos y sostenlas a la altura del corazón, con los codos bien pegados a las costillas, presionándolas.
- Respiración: inhala de forma fragmentada en 4 partes por la nariz, repitiendo mentalmente el mantra Saa-Saa-Saa-Saa. Debes completar la inhalación en 2 segundos. Exhalas del mismo modo en 4 partes repitiendo esta vez Hung-Hung-Hung-Hung. De nuevo completando el ciclo en 2 segundos.
- Ojos: 1/10 parte abiertos
- Tiempo: 3 minutos.
- Para terminar: inhala profundo, sostén el aire aplicando mulabhanda unos segundos, y con la exhalación relaja.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.