La práctica del yoga
Si has decidido comenzar a practicar yoga y vas a asistir a tu primera clase, seguro que tienes un montón de dudas. A todos nos ha ocurrido al principio, no sabemos qué nos vamos a encontrar y nos preocupa no dar la talla o sentirnos fuera de lugar.
El yoga es una práctica personal que te ofrece un espacio para ser tú mismo y conocerte. Pero es cierto que al principio quizás te ayude tener un poco más de información y tomar nota de ciertos aspectos importantes cuando realizas una clase en grupo.

¿Quién puede practicar yoga?
Todo el mundo puede hacerlo, sin importar su género, edad, condición física o creencias religiosas. No es necesario ser flexible, como muchas personas creen, ni tampoco conocer la filosofía o vocabulario técnico.
Un buen profesor será capaz de adaptar la clase para que cada persona se beneficie de la práctica y ésta sea segura. Si tienes alguna lesión o limitación importante debes decírselo antes de empezar al instructor, ya que así podrá tenerlo en cuenta para evitar que te hagas daño, y podrá darte otras opciones cuando sea necesario.
¿Cómo es una clase de yoga?
La respuesta a esta pregunta puede variar mucho de un estilo de yoga a otro. Si practicas Hatha Yoga te encontrarás que la dinámica de las clases varía mucho dependiendo del profesor. Sin embargo, en Kundalini Yoga hay una estructura de clase concreta, perfectamente definida, y practiques donde practiques verás que se mantiene intacta.
Aún así hay muchos aspectos comunes. Partiendo de lo más básico, la clase de yoga se realiza todo el tiempo descalzo sobre una colchoneta, por lo que tendrás que quitarte los zapatos antes de entrar.

Estas clases crean un espacio de relajación para que la persona desconecte y se relacione consigo misma, por lo que otro factor clave es el silencio. Siempre puedes resolver las dudas al inicio o final con el profesor, pero no es una actividad en la que puedas estar hablando con los compañeros durante la clase.
Todas las clases de yoga deben comenzar cantando un mantra, pero lamentablemente esto no es siempre así. Hay muchos profesores a los que le da vergüenza, o que directamente lo desconocen porque su formación viene del ámbito deportivo.
En Hatha Yoga se canta el famoso Om, y en Kundalini Yoga Ong Namo Guru Dev Namo. Esto sirve para abrir el espacio tanto personal como grupal. Para cambiar nuestra frecuencia vibratoria y dejar fuera el ego. Cada persona llega con una energía distinta a la clase, gracias a este momento nos sintonizamos y enfocamos todos en la misma dirección. Además nos conecta con una energía superior que nos guía y protege, reconociendo así que no estamos solos en nuestra práctica, ni la hacemos únicamente para nosotros.

Después puede haber unos ejercicios de calentamiento y tras ellos el trabajo principal, que sería una serie de asanas en Hatha Yoga, o un kriya en Kundalini. Se te irá guiando así a través de diferentes posturas, animándote a mantener una respiración consciente y un estado de introspección.
Siempre habrá después un tiempo de relajación, en el que estarás tumbado en el suelo, aparentemente sin hacer nada. Esto es lo que muchas personas piensan, llegando algunas incluso a abandonar la clase en este momento para “no perder tiempo” y volver a sus tareas. Esto es lo peor que puedes hacer, ya que la relajación en Savasana es fundamental para tu cuerpo integre todo el trabajo que has realizado, y puedas tener el máximo beneficio de la práctica.
De forma ideal, después de la relajación se realiza la meditación. Esta parte puede faltar en muchas clases, o puede ser muy diferente. Pero en cualquier caso, es importante que al volver de la relajación te mantengas todavía un tiempo inmóvil y en silencio. Esto te permite observar el efecto de tu trabajo y todas las sensaciones internas.

Después cerramos juntos el espacio cantando de nuevo el mantra Om en Hatha Yoga, o el Eterno Sol en Kundalini. De esta forma damos las gracias y cerramos la energía de la práctica.
¿Qué esperar de una clase de yoga?
Lo mejor siempre es no tener expectativas concretas. Te recomiendo abrirte a recibir las instrucciones y la ayuda necesaria durante la clase, y dejar que todo vaya ocurriendo de forma progresiva y natural.
Rápidamente encontrarás que después duermes mejor, sales sintiéndote más ligero, revitalizado, y que las cosas dejan de afectarte de la misma manera. Pero esto es un proceso que cada persona vive de forma diferente. A largo plazo la sensación de equilibrio y bienestar cada vez será mayor y más estable, creando cambios positivos en todos los aspectos de tu vida.
Sea cual sea el motivo que te ha llevado a practicar, te animo a mantener una perspectiva más amplia. Por ejemplo, puede que tu objetivo inicial sea perder peso, pero que sin esperarlo te descubras más equilibrado emocionalmente. Es importante no limitarnos a nosotros mismos, ya que aunque siempre pensamos que sabemos lo que es mejor para nosotros, esto no siempre es así, y el yoga puede traerte beneficios que ni podías imaginar al inicio.

¿Qué no hacer jamas en una clase de yoga?
Llegar tarde
Sé siempre puntual y si puedes llega unos minutos antes. Así comenzarás tu práctica tranquilo y relajado y evitarás interrumpir la concentración de los demás.
Comer
Esto incluye chicles y caramelos, es peligroso y va a impedir que trabajes correctamente la respiración.
Usar el teléfono
Debes mantener el silencio por lo que lo mejor es dejar el móvil en casa, o por lo menos apagado o en modo avión. Si has tenido un descuido y suena en clase, apágalo por favor inmediatamente, y ¡jamás se te ocurra responder!
Entrar con zapatos
La sala de yoga es un espacio sagrado que debe mantenerse limpio. Ten en cuenta que se trabaja descalzo y el calzado de la calle introduce mucha suciedad. Además es una muestra de respeto que favorece tu disposición y concentración.
Pisar la colchoneta de los compañeros
Es una falta de respeto importante, ya que se percibe como una invasión del espacio sagrado personal.
Hablar en voz alta
Es importante mantener el espacio de concentración, por lo que si necesitas resolver una duda o problema puedes dirigirte al profesor hablando muy bajito, o con un gesto para llamar su atención y que él se acerque.
Interrumpir al profesor
Cada clase tiene su propia energía y es importante mantenerla, especialmente si el profesor está explicando algo importante. Puedes desconcentrarle y hacerle perder el hilo de lo que está diciendo, así como hacer perder la concentración al resto de alumnos.
Comentar cada jugada
Todos tenemos reacciones ante los retos de las posturas, nos salen sin querer comentarios como “eso yo no puedo hacerlo”, “ay, me duele mucho”,… Es normal, pero trata de guardártelo para ti y aprender de ello. Es un trabajo personal y el hecho de que las comentes en voz alta sólo perjudica la práctica de todos.
Corregir al compañero
Para eso está el profesor. Tú concéntrate sólo en lo que estás haciendo tú y deja que cada persona tenga su propio proceso de aprendizaje. Esto sucede muy a menudo cuando practicas con tu pareja, un amigo o familiar, por lo que os recomiendo que no os coloquéis juntos, ni siquiera cerca, para que cada uno trabaje de forma independiente del otro

Precauciones que debes tener
- No practicar nunca mientras estás haciendo la digestión.
Es importante que el estómago esté vacío y no llegues sintiéndote pesado. Si alguna vez te ocurre comprobarás el enorme malestar que produce.
- No practicar jamás bajo los efectos de las drogas.El yoga es una práctica muy poderosa que busca hacerte más consciente. Además de ser muy peligroso, no tiene sentido hacerlo si no eres dueño de todas tus facultades.Si estás tomando alguna medicación deberás consultar con tu médico. Normalmente no habrá problema porque el yoga beneficia la mayoría de situaciones clínicas, pero aún así es importante su consentimiento.Pese a que el consumo de tabaco está normalizado y no suele considerarse una droga como tal, es altamente perjudicial y va en contra de todos los principios del Yoga. Si eres una persona fumadora, intenta al menos no hacerlo justo antes de entrar, ni al salir de una clase. Vas a ver como tus pulmones te lo agradecen y como puedes beneficiarte más de la práctica.
- No practicar o hacer determinadas posturas si van a agravar una enfermedad o lesión existente.Muchas veces nos cuesta aceptar que la vida nos pare o limite. Pero hay momentos en los que frenar es totalmente necesario para poder recuperarnos o tomar conciencia de lo que no está funcionando. Hay personas que deben aprender a esforzarse más, pero hay muchas otras que deben aprender a no exigirse tanto, a ser más tolerantes con ellas mismas. La práctica debe ir siempre enfocada a beneficiarnos y a hacernos más conscientes, respetando nuestros cuerpos, procesos y estados.Deberás aprender a reconocer el llamado “dolor malo” para evitarlo en todo momento. El dolor bueno en cambio, lo debes buscar y potenciar, ya que es aquel que te hará superarte, pero el dolor malo sólo empeorará tu situación.
- Reducir la intensidad de la práctica durante los días de la menstruación.Durante este periodo nuestra energía no es la misma, por lo que no podemos exigirnos hacer lo mismo que en otro momento. Debemos conocer y aceptar nuestra naturaleza como mujeres, y adecuar nuestra práctica a ella.
- Si estás embarazada, o crees que puedas estarlo, debes decírselo al profesor.Hay ciertas posturas o respiraciones que están contraindicadas y pueden perjudicarte, por lo que por favor, tenlo en cuenta para que el profesor pueda guiarte a lo largo de una experiencia segura.
