¿Qué es Vinyasa Yoga?
La práctica de Vinyasa se basa en la fluidez de las posturas, que se van combinando a través de la respiración. Es por tanto un estilo de Hatha Yoga dinámico, en el que las posturas no se mantienen largos periodos de tiempo y, en cambio, se presta más atención a la transición de una a otra. Se originó con Krishnamacharya en Mysore, India. Éste fue el lugar de origen también del Yoga Iyengar y Asthanga, cuyos maestros fueron ambos alumnos de Krishnamacharya.

Las clases de Vinyasa son muy variadas, ya que no existe ninguna limitación ni imposición a la hora de diseñar la secuencia de asanas. Cada clase es diferente y cada profesor es libre de crear sus propias series de posturas y movimientos.
Su libertad, creatividad y variedad lo han convertido en uno de los estilos más practicados hoy en día. Supone un fantástico entrenamiento, que es lo que muchas personas buscan, es divertido, y es fácil formarse como profesor, aunque no tanto evolucionar y destacar en su enseñanza, esto requiere mucha experiencia y compromiso.
A un nivel más profundo busca concienciar al practicante sobre la importancia del momento presente, y de fluir con él. En estas clases se está en continuo movimiento, nada es permanente, por lo que aprendemos a discurrir junto a nuestra respiración.

El enfoque no está en conseguir un resultado perfecto ni definitivo. Las posturas no son el objetivo en sí mismas, sino que se convierten en un espacio en el que entrar, estar y salir. Así una y otra vez, reconociendo el continuo movimiento de nuestra existencia. Se trata de aumentar el nivel de conciencia de nuestros cuerpos y todas nuestras acciones.
La práctica contraria sería aquella dirigida a la técnica y perfección de cada postura aislada, poniendo el enfoque en el tiempo de la postura, y después saliendo de ella sin más. Vinyasa Yoga incluye en la práctica el espacio entre asanas, dándole la misma importancia que a las posturas en sí.
Es lo que se llama “transiciones”, y nos ayuda a valorar estos espacios aparentemente vacíos en nuestras vidas, pero que en cambio facilitan las conexiones. Es como el citoplasma en las células, un espacio libre que sirve para dar cabida y mantener unido todo lo demás.

En Vinyasa Yoga aprendemos también la importancia del movimiento. Incluso en momentos de relajación o inmovilidad podemos reconocer el movimiento incansable de nuestra respiración, o de nuestro corazón.
Además ofrece infinitas posibilidades para enfocar la práctica en un aspecto específico que se quiera trabajar como la flexibilidad, la apertura de caderas, la relajación, etc.
Frente a estilos que trabajan con series fijas y específicas, como Asthanga o Bikram, Vinyasa varía las secuencias en cada clase, por lo que te ofrece experiencias muy variadas. Es ideal para aquellas personas que se aburren fácilmente.
Muchas personas encuentran dificultad en quedarse inmóviles y en silencio, ya que esto les obliga a mirar dentro de ellos mismos, y ya sabemos que esto no siempre es fácil ni agradable. Vinyasa ofrece la oportunidad de comenzar una práctica no tan introspectiva, e ir abriéndonos poco a poco a nosotros mismos, entrando sin darnos cuenta en un espacio de meditación y auto-conocimiento.
Asthanga Vinyasa Manual
El arte de Vinyasa
Obra completa sobre el Vinyasa Yoga
