Hoy nos introducimos de lleno en el aspecto espiritual de la respiración, hablamos de conexión y apertura, para descubrir que es algo normal que forma parte de nuestra naturaleza. Y es que no hay nada que no sea espiritual en esta vida, por lo que vamos a tratarlo con sencillez y franqueza.
Si últimamente te sientes aislad@ o desconectad@, si has perdido la fé en la humanidad, o si quieres dar más sentido a tu práctica de Yoga o meditación, no lo dudes más y escucha el audio a continuación.
Aprenderás además una meditación que en sólo 3 minutos hará resplandecer toda tu energía y te aportará alivio y paz.
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Contenido
- Beneficios de la respiración completa en el plano espiritual:
- Sentimiento de conexión.
- Apertura.
- Consecuencias negativas:
- Dependencia y necesidad.
- Soledad.
- Actitud controladora.
- Egocentrismo, arrogancia y narcisismo.
- Consecuencias positivas:
- Recursos y oportunidades.
- Comunicación efectiva y consciente.
- Relaciones maduras y auténticas.
- Amor y abundancia.
Transcripción
La respiración es un aspecto fundamental dentro de la espiritualidad. Si recuerdas el episodio 09, en el que hablábamos del Prana, ya veíamos cómo esa energía o fuerza vital nos conecta a todos los seres vivos, y cómo a través de ella también nos conectamos con lo Infinito. Por ello la respiración es lo más divino que hay en ti. El Yoga nos enseña que no debemos buscar a Dios en el exterior, está dentro de nosotros, y podemos comunicarnos con él y acceder a nuestra energía más sutil a través de la respiración.
Así el principal beneficio de la respiración completa en el plano espiritual es el sentimiento de conexión. Es decir, cuando nos reconocemos parte de algo más que nosotros mismos. Al final esa es la base de la espiritualidad, no? Pero no como creencia, no desde la mente, sino como conexión real.
La conexión en este sentido es sinónimo de apertura, es cuando salimos de nuestra individualidad y vamos a relacionarnos con los demás. Cuando nos sentimos bien, estamos sanos y tenemos suficiente energía, nos abrimos a la vida, a la naturaleza, a las demás personas y a nosotros mismos. Y, lo más importante, nos relacionamos de forma auténtica con todo ello, creando compenetración y comunicación. Sentimos que la vida y las demás personas son tan reales como lo somos nosotros, las sentimos cerca y de verdad. Ocurre cuando vamos más allá de nuestras mentes y sus pensamientos. Es cuando podemos acceder a nuestro espíritu, a la vastedad que nos envuelve. Sólo cuando incluimos la parte espiritual en nuestras vidas podemos estar completos. Ya que más allá de nuestros pensamientos, caprichos o reacciones hay un ser estable que contiene nuestros valores y existencia primaria. Debemos conectarnos a él para lograr dar sentido y plenitud a nuestras vidas.
Podemos lograrlo con nuestra respiración, que nos aporta conexión y apertura.
Juzgamos muchas cosas en la vida desde puntos de vista limitados y erróneos, cuando todo podría ser mucho más simple si tuviéramos en cuenta nuestro nivel de apertura.
Por ejemplo valoramos si tenemos mucho o poco dinero, pero rara vez pensamos si estamos abiertos a dar o a recibir más. Mucha gente pobre te dirá que quiere tener más, pero lo cierto es que energéticamente están cerrados a ello. Esto ocurre cuando grabamos en nosotros ideas como “la gente rica es mala” “la gente rica lo es porque ha robado o abusado de alguien”, etc.
Así que lo importante no es si se tiene más o menos, a cualquier nivel, no sólo económico, sino cómo de abierto se está a ello. A nuevas experiencias, conocimientos, relaciones, recursos, etc.
Una vez escuché que lo espiritual siempre está en movimiento, si no se mueve no es espiritual. Puedes imaginarlo como un río que está continuamente fluyendo, sin parar. Tú puedes nutrirte de él siempre que quieras, ya que jamás se agota, pero no puedes frenarlo. El agua o el flujo de energía, debe pasar a través de ti y continuar su curso. Si tú lo coges para ti, lo acumulas o lo frenas de cualquier manera, el grifo se cierra y pasas a vivir desde tu individualidad. Una vez frenado ya no es espiritual, te desconectas, ya no formas parte. Te has cerrado.
En cambio desde la apertura puedes seguir formando parte de toda la vida, mucho más allá de ti mismo y tus limitaciones.
Puedes comprobar tu nivel de apertura muy fácilmente, imaginando un círculo en el que cabe toda tu existencia, situándote tú en el centro. ¿Cómo es de grande este círculo?
Si en ese círculo sólo cabes tú, o incluso sólo una parte de ti, como tu cabeza, únicamente te relacionarás con tus pensamientos y con tu imaginación, tendrás una perspectiva muy pequeña de la vida. Todo girará en torno a ti y tus experiencias, tal y como las comprende y juzga tu propia mente, ya que no tendrás nada con lo que comparar. A medida que ese círculo se amplíe cada vez más, estarás conectado a más personas, así como a sus pensamientos y experiencias.
Mediante una respiración consciente, completa y meditativa puedes abrir tu círculo enormemente, y con él tu conciencia y sentimiento de pertenencia. Podrás sentirte unido a todos los seres vivos y sentir que formas parte de una gran familia global. En ese estado somos más intuitivos y conscientes de las consecuencias de nuestras acciones. Podemos elegir mejor nuestro camino y disfrutar de mayor seguridad y confianza.
Los beneficios son inmensos y vamos a ver algunos de ellos después, pero primero vamos a revisar las consecuencias negativas de la desconexión y el aislamiento. Ya que nuestro nivel de apertura afecta de forma directa a nuestras relaciones. Cuando actuamos desde la desconexión:
- Nos volvemos dependientes y necesitados: buscamos a alguien que satisfaga nuestras necesidades.
- Sentimos soledad y buscamos a alguien que llene el vacío.
- Nos volvemos controladores para sentir que siempre hay alguien a nuestro lado.
- Podemos volvernos egocéntricos, arrogantes y narcisistas. Cuando el radio del círculo sólo nos engloba a nosotros y no tenemos en cuenta a nadie más que nosotros mismos.
Como ves todo ello nos lleva a relaciones desequilibradas basadas en el apego, el control o la inseguridad. Nada de ello forma parte de la espiritualidad ni de una conexión real.
Cuando, en cambio, gozamos del sentimiento de pertenencia y de conexión, estamos abiertos y con ello llegan muchas consecuencias positivas:
- Atraemos recursos y oportunidades
- Desarrollamos la capacidad de comunicar efectiva y conscientemente
- Creamos relaciones maduras y auténticas
- Nos sentimos llenos de amor y abundancia, en lugar de escasez y miseria
¿Te imaginabas que podrías alcanzar todo esto simplemente con tu respiración?
Seguro que si llevas tiempo practicando yoga ya lo habrás experimentado, si es así, te invito a compartir tus experiencias conmigo, me encantará saber qué más cosas has descubierto!
Si eres nuevo en todo esto, tranquilo, porque es algo que ocurre de forma natural con el tiempo, no necesitas forzarlo. Cuando quieras darte cuenta ya habrá ocurrido!
Meditación: Para crear resplandor, alivio y paz
- Para abrir el espacio: canta 3 veces el mantra Ong Namo Guru Dev Namo
- Posición: Postura Fácil (Sukhasana). Sentado, con las manos en el regazo (indiferente la que quede encima) y los pulgares tocándose y apuntando hacia delante.
- Ojos: completamente cerrados.
- Tiempo: 3 minutos
- Es una meditación muy sencilla pero es fundamental que estés totalmente relajado y tranquilo durante toda la meditación. Haz respiraciones profundas.
- Mira mentalmente alrededor tuyo. Sintonízate con tu aura y con tu ser, siéntete parte de la Madre Naturaleza. Siente que eres una estrella en la vastedad y la belleza del cielo azul. Percibe tu propio resplandor.
- Para terminar: inhala profundo, exhala y relaja.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.