En este episodio te invito a descubrir todas las características del elemento aire, ya que de los cinco elementos con los que se trabaja en Yoga, es el más cercano a nuestra respiración.
Aunque en realidad va mucho más allá de ella. Hoy vamos a conocer hasta qué punto marca y define nuestro modo de actuar y nuestra personalidad, para que puedas conocerte con más profundidad.
Y al final, realizaremos juntos una meditación para la técnica de lograr o conseguir. ¡No te la pierdas!
Contenido
- Los cinco elementos.
- Características del elemento aire.
- Elemento aire equilibrado.
- Elemento aire desequilibrado.
- Meditación para la técnica de lograr o conseguir.

Transcripción
Dentro del yoga contamos con numerosas herramientas para el autoconocimiento. Todas ellas forman parte de la práctica y de las enseñanzas, aunque muchas veces trabajamos con ellas sin ni siquiera nombrarlas o reconocerlas.
No es necesario, pero creo que pueden ayudarte a comprender mejor la importancia y el sentido de todo lo que hacemos en la práctica, y, sobre todo, pueden darte muchas claves para comprender tu naturaleza.
Esto no es algo exclusivo del yoga, ya que hay muchísimas técnicas y sistemas que durante miles de años han ayudado a evolucionar a la humanidad y a desarrollar la consciencia. Como en todo, no hay una única respuesta y lo más importante es que tú encuentres tus propias herramientas.
De esta forma hoy vamos a hablar de los elementos, y más en concreto, del elemento aire.
Los cinco elementos
Seguro que has oído hablar de los cinco elementos, ya que tanto en Ayurveda como en Medicina Tradicional China son los principios que soportan la vida cuando están equilibrados, y crean la enfermedad cuando no lo están.
En ambas tradiciones representan la armonía entre el individuo y el Universo, ya que los mismos elementos que crean el macrocosmos, están presentes dentro de nosotros como microcosmos. Y además, suponen diferentes formas de manifestar la conciencia y representan tipos específicos de energía.
Los cinco están presentes en todos nosotros, pero siempre predomina uno de ellos, lo que hace que tengamos ciertas tendencias o patrones marcados, y es lo que vamos a ir descubriendo poco a poco hoy.
Vamos a hacerlo a través del modelo del Ayurveda, ya que es el más cercano al Yoga, y es donde aparece realmente el elemento aire, al que dedicamos este episodio. Los cinco elementos de Ayurveda son tierra, agua, fuego, aire y éter. Mientras que en Medicina China son tierra, agua, fuego, metal y madera.
En Ayurveda cada elemento está directamente relacionado con uno de los chakras, de forma que el elemento tierra se asocia al primer chakra en la raíz, el agua al segundo en la pelvis, el fuego al tercero en el abdomen, el aire al cuarto en el corazón y el éter al quinto en la garganta.
Y las cualidades que nos aportan son bastante literales, obteniéndose directamente de las características de cada elemento. La estabilidad de la tierra, la fluidez del agua, el poder transformador del fuego, la expansión del aire o el orden del éter. Esto vamos a ampliarlo en relación al elemento aire, pero aunque sea muy simplificado quería que tuvieras una idea general.
En Medicina China cada elemento representa un movimiento:
- Madera: expansión.
- Metal: contracción.
- Agua: movimiento descendente.
- Fuego: movimiento ascendente.
- Tierra: neutralidad o estabilidad.
Son sistemas o lenguajes diferentes, coinciden en algunos puntos, pero es una lógica completamente distinta. Por eso hoy vamos a centrarnos en el modelo de Ayurveda, y dentro de él, en el elemento aire, quien gobierna nuestra respiración.
Características del elemento aire
El elemento aire se conoce también con el nombre de Vayu, y representa el principio de movimiento presente en todas las acciones, ya sean voluntarias o involuntarias. Es quien mueve las hojas de los árboles en la naturaleza, quien hace posible la respiración, o mueve la sangre en nuestro cuerpo.
En el organismo está presente en todas las células, siendo responsable de los movimientos en el citoplasma. Pero reside de forma especial en los pulmones y el colon.
Es quien impulsa todos los movimientos que nos mantienen vivos y nos permiten experimentar esta existencia. El bombeo de la sangre que nos llena de vida, el aliento de la respiración que nos sostiene, todos los impulsos nerviosos que recibimos a través de los sentidos, los diferentes pensamientos que generamos, etc.
No importa si son movimientos sutiles, como el flujo de pensamiento, deseo o voluntad, o si son movimientos más tangibles, como la locomoción, la ingesta o la eliminación. Todo ello se produce gracias al elemento aire.
Como habíamos dicho, se vincula a Anahata, el chakra del corazón. Éste es un centro de amor, equilibrio y expansión. Igual que el aire ocupa todo el espacio que tiene disponible, así nosotros nos extendemos también desde este centro, compartiendo nuestro amor y expandiendo nuestra conciencia más allá de nosotros mismos.
Gozamos de la ligereza y sutileza de este elemento, caracterizado también por lo móvil,lo seco, lo frío y lo áspero.
Piensa que el aire produce el viento, y ésta es una energía muy poderosa, capaz de impulsar, secar y desplazar. Igual que seca la ropa secará tu piel o tu voz, y del mismo modo que hace volar las cometas puede hacer volar tu imaginación.
Como individuo hace que te mantengas en movimiento, que avances en la vida buscando el aprendizaje y la transformación, con proyectos y tareas en marcha. Pero esto es fundamental mantenerlo equilibrado, ya que al igual que el viento puede ser una agradable brisa o un destructivo huracán, un exceso de su energía puede llevarte a grandes desequilibrios, como veremos a continuación.
Elemento aire equilibrado
Pero antes, estando en equilibrio, el aire nos aporta creatividad, flexibilidad, alegría, frescura, felicidad y claridad. Nos ayuda a mantener la motivación, a avanzar y a estar en contacto con el exterior. Nos hace imaginativos, nos permite soñar y hacer llegar nuestras ideas a los demás.
Al igual que el viento limpia y purifica el ambiente, el elemento aire aclara nuestras mentes. También nos mece y entrena en la flexibilidad, nos ayuda a aceptar los cambios de dirección, haciendo que nos adaptemos fácilmente a cualquier situación.
Si conoces los doshas, son las mismas características del tipo Vata, ya que éste se crea al combinar los elementos aire y éter.
Elemento aire desequilibrado
Pero en el extremo opuesto, desde su desequilibrio, el elemento aire produce aislamiento, aflicción, miedo, tristeza, ansiedad, exceso de preocupación, inseguridad, agotamiento y nerviosismo.
Y es que cuando el movimiento es excesivo, y no está equilibrado con el descanso, nos volvemos hiperactivos, llevando al límite nuestro cuerpo y nuestra mente. Como resultado nos sentimos exhaustos.
No logramos controlar los pensamientos, vivimos demasiado posicionados en la cabeza, y nos dejamos llevar por la negatividad. Nos cuesta desconectar y descansar, ya que nuestra actividad es como una bola de nieve, y se va haciendo cada vez más grande, acelerándose por sí sola.
También nos cuesta tomar tierra y mantenernos estables, ya que buscamos el cambio de forma constante. Esto nos impide materializar la enorme cantidad de nuevas ideas que tenemos. Nos mantenemos creando sin parar, pero es difícil hacer realidad los proyectos.
Cuando la energía del elemento aire es demasiado débil en el corazón, es fácil que nos sintamos incomprendidos e impotentes, y que esto nos lleve a cerrarnos y aislarnos del mundo, perdiendo poco a poco el contacto con él. Físicamente se hunde el pecho y los hombros rotan hacia delante.
Mientras que si la energía es excesiva o se mantiene demasiado activa, puede producir impaciencia, lo que nos lleva a reaccionar de forma demasiado brusca con los demás, al sentir que no siguen nuestro ritmo y frustran nuestros planes. Tendremos entonces la tendencia de funcionar de forma independiente, yendo por libre, sin capacidad de negociar o dialogar.
Es muy interesante todo lo que el elemento aire dice de nosotros, y como ves es un tema muy complejo en el que intervienen muchos aspectos. Como siempre es mucha información, pero no te preocupes si no alcanzas a comprenderlo ahora. Quédate con lo que resuene contigo, con lo que te aporte algo en este momento, y continúa siendo curioso contigo mismo.
Meditación: para la técnica de lograr

- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Ojos: cerrados y enfocados en el punto del entrecejo.
- Postura: sentado en postura Fácil, Sukhasana, doblas los codos y colocas las manos por delante del cuerpo a la altura del corazón. Las palmas miran hacia el cuerpo, sin tocarlo, y todos los dedos se doblan con gran tensión, formando garras en ambas manos. Es importante que mantengas los brazos, manos y dedos con la máxima tensión, hasta el punto de que empiecen a temblar.
- Respiración: completa.
- Tiempo: 5 minutos.
- Para terminar: Estira los brazos por encima de la cabeza con las manos en puños. Inhala y exhala tres veces. Después relaja completamente.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.
