Una vez que hemos visto la complejidad del modelo energético chino, vamos a adentrarnos a conocer el Prana de forma más profunda, descubriendo los Vayus, o corrientes de Prana.
Porque el Prana que recibimos con la respiración es una energía divisible, con diferentes recorridos y funciones dentro de nuestro cuerpo.
En este episodio vemos todos ellos y realizamos una meditación en la energía pránica. ¡No te lo pierdas!
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Contenido
- Qué son los vayus
- Dónde se localizan los vayus
- Importancia de equilibrar los vayus
- Cómo trabajar los vayus con Yoga
Transcripción
Para comprender los vayus debemos conocer el Prana, la energía o fuerza vital. Esto no creo que sea un problema porque en este podcast no paramos de referirnos a él, pero si eres nuevo por aquí te recomiendo escuchar el episodio 9, en el que te cuento todo lo que necesitas saber sobre él.
Esta energía sutil es una sola, pero para poder explicar y entender el funcionamiento del cuerpo humano, antiguamente se dividió en los vayus, que pueden traducirse como aires. También pueden entenderse como diferentes expresiones o funciones del Prana, como se describe en los Upanishads.
¿Qué son los vayus?
Para que lo entiendas fácilmente digamos que los vayus son subcategorías del Prana, y aquí puede surgir una confusión importante, ya que la primera de ellas se llama de nuevo prana.
Así que tenemos Prana, si quieres con mayúsculas, haciendo referencia a la totalidad de la energía, y prana con minúsculas, definiendo un tipo o función específica del Prana anterior.
Es como si el Prana con mayúsculas fuese el tráfico en general, y prana con minúsculas una línea concreta de autobús, creo que este ejemplo puede ayudarte a comprender más fácilmente.
Para solventar esta confusión, y para hacer las cosas lo más correctas posible, aquí vamos a referirnos a los vayus con su nombre completo, por lo que vamos a hablar de prana-vayu cuando nos refiramos a esta corriente en particular.
¿Dónde se localizan los vayus?
De nuevo el comportamiento del cuerpo humano es complejo, y estas el Prana actúa en todo el cuerpo, pero podemos simplificarlo estudiando ciertas zonas en las que cada vayu está más activo.
Por cierto, hay 5 vayus, y vamos a ir viendo cada uno de ellos, con su localización y aspectos principales:
- Prana – vayu: localizado principalmente en la región torácica, es el encargado de la inhalación, introduciendo en el cuerpo la energía. Su movimiento es hacia el interior, por lo que es responsable de nutrir y alimentar. Se vincula al corazón y a la respiración.
- Apana – vayu: se sitúa en la zona inferior del abdomen. Su movimiento es hacia abajo y hacia el exterior, por lo que gobierna todas las funciones de eliminación. Incluso en los planos más sutiles liberando experiencias o pensamientos negativos.
- Samana – vayu: situado por encima del anterior, entre el punto del ombligo y el diafragma, samana vayu gobierna la digestión, la asimilación y el raciocinio. Todas cualidades del tercer chakra, que se sitúa en esta zona. Su movimiento es del exterior al interior en una agitada rotación que facilita el proceso de la digestión y genera el calor necesario para integrar otras energías.
- Udana – vayu: se ubica desde la laringe hacia arriba en la cabeza, y con su movimiento ascendente gobierna la voz, la mente, el intercambio de aire y la ingesta de alimentos. Representa los sonidos al hablar o cantar, pero también la conciencia necesaria para expresar quiénes somos y para avanzar en nuestra evolución. Por ello se dice que es una energía clave en la ascensión de la energía Kundalini.
- Vyana – vayu: se localiza en todo el cuerpo, ya que es el responsable de hacer que la energía llegue a cada célula o rincón. Su movimiento es del interior al exterior y así distribuye el Prana y asiste al resto de vayus.
La importancia de equilibrar los vayus
Ahora que conocemos los diferentes vayus debemos hablar de lo importante que es mantenerlos equilibrados, ya que como has visto, todos ellos controlan funciones importantes en el organismo.
Gran parte de los problemas o enfermedades vienen del desequilibrio entre estas energías, por ejemplo porque eliminamos más de lo que deberíamos, o todo lo contrario, lo retenemos siendo incapaces de soltar. Al final todo el funcionamiento del cuerpo puede explicarse a través de estas fuerzas.
Pero de todas ellas se dice que hay 3 principales, y equilibrándolas, podemos hacer que todo el sistema funcione correctamente. Son prana, apana y udana, y si están equilibradas, los 5 vayus lo estarán.
Y con ellos todo el organismo, porque estamos acostumbrados a valorar y explicar la salud desde un punto de vista físico y mental, pero la tradición del Yoga sabe desde hace miles de años, que como funciona realmente es en base a estas energías sutiles. El cuerpo no sale adelante por los músculos, o el sistema nervioso, lo hace gracias a estas corrientes de Prana.
Prana, la primera de ellas, es quien te da la vida, quien te nutre, alimenta y llena de energía. Udana te mantiene, y apana elimina todo lo que te sobra o perjudica. Hay un aforismo que dice:
“Cualquier persona que pida a su prana “hazme vivir”, a su udana “manténme” y a su apana “permíteme vivir”, siempre puede estar sano.”
Lo bueno es que podemos trabajar con estas energías de forma consciente para ayudar a equilibrarlas, y de hecho lo hacemos siempre con la práctica de Yoga y de ejercicios de respiración.
Porque pese a que cada uno tenga su papel y actúe en una zona específica, la idea de estos 5 vayus es apoyar la integración y desarrollo del cuerpo y la mente. Por lo que cada vez que nos relacionamos de forma consciente con nuestra respiración, nos acercamos un poco más a ese objetivo.
¿Cómo trabajar los vayus con Yoga?
Además muchas de las prácticas y técnicas que realizamos afectan de forma directa a uno de los vayus. Todo esto ya está diseñado y no tienes que preocuparte de ello a la hora de hacer una meditación, pero me gustaría contártelo para que entiendas la importancia de todo lo que hacemos.
- Prana – vayu: esta primera corriente se beneficia de cualquier meditación, y de todas las respiraciones conscientes. Se sitúa en la zona del corazón nuestro centro espiritual, por lo que cualquier meditación, mantra o asana que active el centro del corazón beneficiará a la vez a prana. También todas las posturas y ejercicios que nos ayuden a expandir la caja torácica y a aumentar la capacidad pulmonar. Así como a integrar, como es el caso de Savasana, la postura de relajación que se mantiene al final de cada práctica. Y por último, Jalandhara bandha, que veremos más adelante en otro episodio, pero es un cierre que aplicamos en el cuello para dirigir el flujo de la energía.
- Apana – vayu: como responsable de la eliminación podemos beneficiarlo de varias formas. La primera es haciendo exhalaciones conscientes, de forma que las hagamos completas sin dejar nada de aire dentro de los pulmones. Otra es trabajar con posturas de pie, de flexión hacia delante o de torsión. Y también trabajar con Mulabandha, que de nuevo es un cierre energético que veremos más adelante. La idea es buscar el arraigo, el anclaje a la tierra, y permitirse soltar sin miedo, especialmente a través de la exhalación.
- Samana – vayu: su energía se asocia a la del tercer chakra como hemos visto antes, y, por tanto, al elemento fuego. Por ello puedes trabajarlo con cualquier asana que fortalezca el core, que requiera trabajo abdominal, y además con respiración de fuego, que si no la conoces, te la enseño en el episodio 30.
- Udana – vayu: esta corriente se asocia al quinto chakra, ubicado en la garganta y responsable de la comunicación y auto expresión. Puedes trabajarlo mediante mantras y con cualquier asana o práctica purificadora, especialmente flexiones posteriores y posturas invertidas como la vela.
- Vyana – vayu: responsable de la integración tiene que ver con el elemento agua, ya que discurre por todo el cuerpo. Se beneficia de todas las prácticas de Yoga y meditación, ya que éstas siempre ayudan a equilibrar e integrar la energía. Pero por su relación con el elemento agua y el segundo chakra puedes fortalecerlo con la exploración de los asanas desde la creatividad, la diversión, la resistencia y la flexibilidad.
Pese a estas indicaciones debes tener en cuenta que estas cinco fuerzas ocurren y actúan a la vez en todo momento, por lo que no deberías obsesionarte con ellas de forma individual, únicamente si resuena contigo porque reconozcas algún desequilibrio en ese aspecto.
Lo importante para mí es conocer la profundidad de nuestro cuerpo, y empezar a observarlo desde el punto de vista de la energía. Ya que gracias a ella podemos desarrollar mucha más vitalidad, fortaleza y conexión.
Si únicamente vivimos de lo que ingerimos podemos llegar a un cierto nivel de bienestar, pero si cuidamos además nuestra energía, nos nutrimos de Prana y observamos cómo afecta no sólo a nuestros cuerpos, sino a la mente, como todo está relacionado, podremos alcanzar una profundidad mucho mayor en nuestro autoconocimiento y evolución.
Y por ello como siempre lo más importante es tu propia experiencia, así que vamos a comenzar ya con la práctica, meditando en la energía pránica.
Meditación: meditando en la energía pránica
- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo
- Postura: sentado en postura Fácil, Sukhasana, coloca las manos a la altura del corazón. Apoya la yema de los dedos pulgares bajo el montículo del dedo meñique en cada mano. Junta las manos de forma que entre en contacto toda la primera falange de cada dedo, así como la falange inferior en los pulgares. Mantén una presión fuerte durante todo el tiempo, es normal que aparezca dolor en los nudillos.
- Respiración: inhala en 8 segmentos a través de la nariz y exhala de forma completa a través de la boca.
- Ojos: 1/10 parte abiertos enfocados en la punta de la nariz.
- Tiempo: 11 minutos máximo.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.