En esta ocasión hablamos de algo tan obvio y sencillo como medir la respiración, para descubrir que en realidad nos ofrece múltiples posibilidades, y que va mucho más allá de simplemente controlar el tiempo.
Hablamos así de conexión, y de cómo emplear nuestra respiración para hacernos más presentes en los ritmos de nuestro propio organismo.
Además hacemos una meditación que se llama “La antigua forma de oración”, que te ayudará a poner en práctica todo lo aprendido, a la vez que alcanzas una relajación profunda.
Contenido
- ¿Por qué necesitamos medir la respiración?
- Diferentes formas de medir la respiración.
- Ejercicio para aprender a meditar.
- Meditación: “La forma antigua de oración”.

Transcripción
Con todo lo que hemos aprendido y experimentado a lo largo de este podcast puede que te sorprenda el tema de hoy, porque supongo que a estas alturas no te extraña en absoluto si te digo que vamos a hacer una meditación inhalando o exhalando en un determinado tiempo. Es increíble cómo nos acostumbramos a todo, y enseguida la práctica se vuelve rutinaria.
Para evitarlo, hoy me gustaría detenerme a hablar de este tema, para recordar el valor de lo sencillo, y más en concreto, de estar presente.
Porque cuando nos acostumbramos a hacer algo y lo damos por hecho, apartamos nuestra atención de ello. Empezamos a funcionar de forma automática, y nos desconectamos. Seguro que te ha pasado al ir avanzando en tus meditaciones. Creo que ya lo he comentado en alguna otra ocasión, pero a mí me ocurre a los ciertos días de haber iniciado una nueva cuarentena. Y es que no podemos evitar acomodarnos y obviar algunas de las cosas importantes.
¿Por qué necesitamos medir la respiración?
Por eso hay tantas meditaciones que nos obligan a seguir un ritmo específico en nuestra respiración. Lo primero obviamente porque sabemos que esto transforma nuestra energía, y lo segundo porque así obligamos a que nuestra mente mantenga el enfoque.
Habrás notado cómo es más difícil que te distraigas en una meditación en la que tienes que estar contando tiempos, que puede que ni siquiera sean iguales en la inhalación que en la exhalación, o incluso alternar entre respirar por la nariz o por la boca. Todo ello aumenta tu concentración y la mente no tiene escapatoria.
Diferentes formas de medir la respiración
Así que vamos a revisar hoy las diferentes maneras de controlar o medir el tiempo en tu respiración. Algunas son muy obvias y simples, pero a medida que nos adentramos en este tema descubrirás otras mucho más profundas y significativas.
Para empezar, la más sencilla es mediante la respiración segmentada, dividiendo directamente el tiempo en fracciones iguales. Recuerda que este tipo de respiración lo aprendimos en el episodio número 24, por si quieres volver a él.
Pero es cierto que pese a que sea la forma más sencilla, no siempre tenemos la opción de hacerla, bien porque la meditación que estamos siguiendo nos da otras instrucciones, o bien porque nos interesa hacer un pranayama diferente porque estamos buscando un efecto distinto en nuestra energía.
Así que vamos a imaginarnos que realmente debemos hacer una respiración profunda y fluida, ¿cómo medimos y controlamos su duración?
De nuevo hay una forma muy sencilla, que es tener un reloj cerca e ir siguiendo el sonido de las agujas. Aquí sí que no hay duda, ni margen de error, ya que estás midiendo directamente el tiempo en segundos. Puede ayudarte mucho al principio, si el tema de calcular el tiempo se te hace muy cuesta arriba, o si tienes una gran dificultad a la hora de mantener tu mente enfocada y no eres capaz de controlar los tiempos.
Aunque es posible que el hecho de tener que llevar la atención fuera de ti, genere el efecto opuesto, y te haga perder la concentración mucho más fácilmente. Aún así, te ayude o no, este es un sistema moderno, y los antiguos yoguis no contaban con esta posibilidad.
En cambio, lo que hacían era medir la respiración en relación a los latidos del corazón. Fíjate qué sencillo, qué bonito, y qué a mano lo tenemos siempre. Al final no es necesario buscar fuera de nosotros para nada.
Así también podemos conectar de forma más profunda con nosotros mismos, porque tanto la respiración como los latidos del corazón son la base de nuestro ritmo en la vida.
Además, estando en reposo, lo normal es que se tengan de 60 a 100 pulsaciones en un minuto, por lo que nos ofrecen prácticamente el mismo ritmo que contar el tiempo con segundos.
Es una idea que a mí me gusta mucho, porque a día de hoy no podemos funcionar si no es con la medida del tiempo establecida, sería algo impensable, pero ten en cuenta que ésta no deja de ser algo artificial inventado por el hombre. A mí me parece mucho más natural y orgánico conectar con tu propio ritmo biológico, ¿no crees?
Es una oportunidad maravillosa que nos brinda nuestro organismo, y que multiplica todos los beneficios que nos ofrece el trabajo de la respiración en cuanto a concentración y conexión.
Una vez leí que la mente no puede concentrarse en más de dos cosas a la vez, por lo que si haces dos gestos con el cuerpo, por ejemplo pisar el suelo de forma rítmica moviendo el pie hacia arriba y hacia abajo, y otra mover la cabeza a los lados, por ejemplo, no queda espacio para nada más.
Parece una tontería, lo sé, pero pruébalo y ya verás como no puedes coordinar un tercer movimiento, es imposible. Eso sí, estamos hablando de hacer cada uno de ellos de forma totalmente consciente, no como un tic automático.
Aplicando esto a nuestra respiración, si tienes que contar el tiempo, y además de hacer la respiración consciente, te mantienes atento a los latidos de tu corazón, es una ayuda más para mantener tu mente anclada y evitar que se distraiga con otros pensamientos.
De hecho, se recomienda practicarlo para iniciarte en la meditación, y forma parte de la meditación para aprender a meditar de Kundalini Yoga. Nosotros la hacíamos en el segundo episodio, y si recuerdas, consistía en meditar sintiendo el pulso en tu muñeca, a la vez que repites mentalmente el mantra Sat Nam.
De nuevo puedes volver a este episodio para ponerla en práctica, o si quieres tienes esta vez también la opción de hacerla en vídeo. Puedes encontrarla en mi canal de YouTube con el nombre de pranayama para principiantes: elimina estrés y ansiedad con esta meditación de Kundalini Yoga. Este es el título del vídeo, y en la miniatura pone Meditación: pranayama para relajar.
Así puedes practicarlo todas las veces que quieras.
Hoy vamos a hacerlo también con la meditación de este episodio, pero realmente en ella se da otra opción más, ya que no todo el mundo es capaz de conectar con los latidos del corazón. Después, una vez que hagamos la meditación vas a comprenderlo mejor, pero de momento vamos a ver esa otra forma que se nos da para contar el tiempo. Y no es ni más ni menos que repetir un mantra. De nuevo te resultará familiar, porque también ha aparecido en numerosas meditaciones.
Normalmente te mantienes vibrando el sonido en la mente, sin pronunciarlo, y lo más habitual es emplear el mantra Sa Ta Na Ma. Cada sílaba equivale a un tiempo o a un segundo, y de esta forma puedes mantener la proporción de la respiración muy fácilmente sin tener que contar, únicamente repetir el mantra.
Además, prácticamente todos los ritmos de respiración son 4 o múltiplos de él, por lo que este mantra encaja perfectamente. Sólo tienes que repetirlo tantas veces como necesites y ya está.
Lo único que debes tener en cuenta es mantener siempre la misma velocidad a la hora de repetir el mantra, para que el tiempo se mantenga realmente proporcionado y constante, nada más.
Vas a ver que es muy sencillo, y vamos así a ponerlo en práctica con la meditación de hoy.
Meditación: “La forma antigua de oración”

- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Ojos: cerrados y enfocados en el punto del entrecejo..
- Postura: sentado en postura Fácil, dobla los brazos apoyando los codos sobre las costillas. Los brazos quedan en diagonal hacia los lados, con las palmas de las manos hacia arriba, a la altura del corazón. La posición debe ser muy relajada, dejando todos los dedos juntos salvo el pulgar, y la mano ligeramente ahuecada.
- Respiración:
- Opción 1: inhala y exhala profundamente. Quedando con los pulmones vacíos vibra el mantra Thou con cada latido del corazón. Continúa durante 15-30 segundos.
- Opción 2: si no te resulta fácil o no conectas con la opción anterior, respira del mismo modo, pero repite mentalmente 4 veces el mantra Sa-Ta-Na-Ma mientras suspendes la exhalación.
- Tiempo: 11 minutos.
- Para terminar: inhala profundo, sostén brevemente el aire dentro y exhalando relaja.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.
