Estamos acostumbrados a pensar que la maestría de una técnica viene con la repetición. Es cierto que cuanto más se practique y más experiencia se gane, más fácil será obtener buenos resultados. Pero en el caso de la respiración es bastante más complejo, y debemos hablar de la observación consciente.
Hoy dedicamos el episodio a este tema, para aclarar que en relación a la respiración es mucho más importante siempre la calidad que la cantidad.
Hablaremos en profundidad del proceso de observación consciente, y haremos juntos una meditación para la autoestimulación hasta el éxtasis. ¡No te la pierdas!
Contenido
- Autorregulación de la respiración. Minuto 15:04
- Ejercicio vs. experimento.
- Proceso de observación consciente.
- Sensaciones de la respiración.
- Meditación para la autoestimulación hasta el éxtasis. Minuto 24:54

Hemos hablado recientemente de la recuperación de la respiración, dando importancia al tiempo que pasa desde que nuestra respiración se ve modificada o afectada, ya sea voluntariamente por un trabajo de pranayama, o involuntariamente por un susto, accidente, etc., hasta que vuelve a ser normal y relajada.
Hoy me gustaría continuar en la misma línea, pero dando esta vez importancia al modo en que observamos la respiración. Ya no es, por tanto, una cuestión de tiempo o de relajación, sino de presencia y sensibilidad.
Porque la respiración nos está continuamente transmitiendo cómo nos sentimos, sólo tenemos que aprender a observar de forma consciente. Y este es realmente el trabajo que debemos hacer en cada práctica. No se trata de hacer x número de respiraciones, o con tal o cual velocidad, sino de tomar conciencia de cómo se enfrenta tu cuerpo a esa nueva experiencia.
Ejercicio vs. experiencia
Estamos acostumbrados a ver los ejercicios como algo mecánico, pensando que cuanto más los repetimos, más capaces somos de hacerlos, más fuertes nos volvemos y más avanzamos en nuestro desarrollo.
Esto podría aplicarse a algunos deportes, aunque ni siquiera, porque si realizas cualquier ejercicio físico, ya sabes que no todos los días son iguales, y el avance no siempre se produce en línea recta.
En el caso de la respiración, este hecho es aún más importante, y jamás podemos pensar que avanzamos o mejoramos en la técnica únicamente por el hecho de repetirla.
Es algo muy común en Kundalini Yoga, pensamos que por hacer una cuarentena ya somos mejores, pero habría que ver con qué intención y presencia hemos practicado cada día. De nuevo, no es un tema de cantidad, sino de calidad. En el mundo del yoga nada se mide al peso.
Autorregulación de la respiración
Nuestra respiración se mantiene en constante cambio, ya que responde a numerosos aspectos físicos, como el cansancio, la enfermedad, el movimiento, pero también a cualquier impacto emocional, ya sea positivo o negativo.
Si nosotros no interferimos, vimos en el episodio 130 cómo la propia respiración se autorregula. Ella sola es capaz de volver a la normalidad.
Y aquí me gustaría introducir una idea de Carola Speads, que me parece muy interesante, y es que, como la respiración es una función autorreguladora, no podemos ejercitarla como haríamos con cualquier otro músculo. No podemos dirigirla ni intervenir directamente en ella.
Te preguntarás entonces qué hemos estado haciendo desde el principio de este podcast. Pues bien, la idea es que podemos invitar a la respiración a cambiar a través de diferentes estímulos, podemos provocarla o inducirla, pero no podemos generar el cambio directamente.
Por ello es tan importante la observación consciente, porque todo lo que podemos hacer es crear un estímulo, y comprobar la reacción.
Las reacciones siempre son involuntarias, nosotros no podemos crearlas, simplemente ocurren. Lo que pasa es que después de muchos años de práctica, el yoga ha comprendido cómo ante un mismo estímulo, la reacción suele ser siempre la misma. Y de ahí se ha desarrollado toda la técnica del pranayama. Buscamos un efecto concreto, un cambio, entonces sabemos cómo estimular la respiración para obtenerlo. Pero nunca es una acción directa.
Y además, para cada persona el proceso, el tiempo necesario hasta producir la reacción, o el orden de las sensaciones que aparecen, serán diferentes. Las reacciones son predecibles, pero no el modo en que se desarrollan. De ahí que cada persona pueda tener una experiencia distinta con la práctica, o una misma persona en momentos diferentes de su vida. El resultado no es algo matemático ni proporcional.
A lo mejor un día en 1 minuto obtienes una sensación increíble, mientras que otro día en 2 horas no consigues ningún cambio.
Las reacciones pueden depender de la condición física de la persona, por ejemplo de su capacidad pulmonar, de su estado de salud, de si acaba de realizar alguna actividad o movimiento. También dependen de su estado de ánimo y, sobre todo, de lo conscientes que son de su propia experiencia mientras respiran y observan la respiración.
Tu respiración responde más fácilmente a los estímulos cuando estás despierto, descansado o alegre, que cuando te duele la cabeza, no has dormido bien o has tenido un mal día y estás estresado o enfadado.
También hay que tener en cuenta si es la primera vez que te enfrentas a una técnica o si ya estás familiarizado con ella, porque las reacciones al principio pueden ser lentas o superficiales. A medida que continúas practicando, aparecen sensaciones más profundas.
Es como las relaciones de pareja, si siempre tienes una primera cita con tu respiración, nunca vas a llegar a conocerla en profundidad. En cambio, si estableces una relación estable puedes obtener aprendizajes mucho más profundos.
Proceso de observación consciente
Para ello debes ceder el control de la mente y posicionarte en tu cuerpo. De esto trata todo el próximo curso de la Escuela Online, así que te lo recomiendo, comenzaremos en unas semanas.
Ten en cuenta que todas las reacciones de tu respiración van a ser corporales e internas, por lo que debes ser muy consciente de ti mismo desde dentro. No sólo de tu postura o del espacio que ocupas, sino de todo lo que cambia dentro de ti.
Es normal que al principio te cueste, porque no estamos acostumbrados, no sabemos dónde fijarnos, tampoco qué esperar. Pero la clave está precisamente en no esperar nada, ya que no hay una forma correcta de hacerlo. No se trata de acertar, sino de reconocer. No hay posibilidad de fallo.
Con el tiempo, desde la relajación, podrás comprobar innumerables matices de tu respiración, así cómo sus reacciones a los diferentes estímulos.
Pero al principio lo que es más fácil de reconocer, es el antes y el después. Seguro que al completar la práctica sientes que tu respiración es diferente, aunque no sepas explicar porqué.
Con el tiempo, podrás reconocer los cambios mientras se están produciendo.
Sensaciones de la respiración
Es fundamental que tengas en cuenta también que todas las sensaciones que reconozcas en tu práctica son sensaciones vinculadas a la respiración, no son la respiración misma.
En un estado normal, saludable, no podemos sentir el intercambio de gases, ni el diafragma, ni nada en concreto de la respiración.
A mí me pasó hace unos meses en el dentista, porque tenía una molestia que me era difícil de explicar, y todo lo que podía decir era: siento este diente perfectamente. Porque si lo piensas, cuando no tienes ningún problema en la boca tú no sientes cada diente de forma individual, de hecho no sientes tus dientes para nada. Pero en cuanto hay algún problema sí, es como si le colocaran una alarma a esa pieza para llamar tu atención, y con esto se vuelve totalmente reconocible.
Con la respiración sucede igual, lo que sentimos normalmente es el efecto que la respiración tiene en el resto del cuerpo. Por ejemplo, cuando decimos que sentimos cómo nuestros pulmones se llenan de aire, en realidad no sentimos los pulmones, sino la expansión que se está llevando a cabo en la caja torácica. Esta sensación está asociada a llenar los pulmones, pero no son los pulmones en sí mismos.
Por eso es tan importante habitar el cuerpo y hacerse muy presente en las zonas colindantes con la respiración, como la nariz, el pecho o el abdomen. Pero también en nuestra mente, emociones o estado de ánimo, ya que la respiración tiene un fuerte impacto en todos ellos.
Debes mantenerte abierto a recibir cualquier sensación que se produzca, reconociéndola tal y como es. La temperatura del aire, la apertura de las fosas nasales o la boca, la profundidad o velocidad de la inhalación, la frustración o satisfacción que deja cada respiración.
Incluso puedes reconocer si las sensaciones son familiares o desconocidas, si hay algún patrón que puedas reconocer, etc. Las posibilidades son infinitas.
Y finalmente, puede que con la práctica llegue un día en que todas las sensaciones desaparezcan y tengas la sensación de no respirar. Puede que te agobie, que te dé miedo, pero si observas, descubrirás que no es más que otro cambio en tu respiración, que ahora fluye sin ningún tipo de interferencia o dificultad.
Porque generalmente lo que sentimos en relación a la respiración, siempre tiene que ver con la dificultad, con los obstáculos que vamos encontrando. Notamos presión, tensión, esfuerzo. Y por eso ahora nos resulta agobiante su ausencia, cuesta abrirse a esta nueva realidad.
Pero lo mejor que puedes hacer es mantener la calma y continuar observando, para disfrutar y mantener esta nueva respiración, más saludable y eficiente.
Meditación para la autoestimulación hasta el éxtasis

- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Primera parte:
- Postura: sentado en postura Fácil (Sukhasana) con ambas manos en gyan mudra sobre las rodillas.
- Respiración: inhala con respiración segmentada en 3 partes vibrando mentalmente Sat Nam Sat Nam Sat Nam. Sosteniendo el aire gira suavemente la cabeza hacia el hombro derecho. Exhala vibrando Wahe Guru y regresa al centro. Continúa cambiando de lado con cada respiración.
- Ojos: cerrados y enfocados en el punto del entrecejo.
- Tiempo: 7 minutos.
- Segunda parte:
- Postura: estiramiento frontal, Paschimottanasana.
- Respiración: completa.
- Ojos: cerrados y enfocados en el punto del entrecejo.
- Tiempo: 5 minutos.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.
