En este episodio vamos a hablar de algo que nos afecta a todos y es la relación entre emociones y respiración, y sobre todo, cómo beneficiarnos de ella para sentirnos más equilibrados.
Hablaremos de las emociones asociadas a los pulmones, tanto en MTC como en Ayurveda, y también de cómo la respiración puede ser de gran ayuda para gestionar de forma más positiva nuestros estados emocionales.
También haremos una meditación para quemar la rabia interna, así que si quieres profundizar en estos temas y sanar en profundidad, ¡no te lo pierdas!
Contenido:
- ¿Qué son las emociones? Minuto 7:00
- ¿Cómo se crean las emociones?
- Emociones y respiración.
- Emociones asociadas a los órganos.
- Meditación para quemar la ira interna. Minuto 16:55
Transcripción
En este episodio vamos a tratar un tema que espero os sea de gran ayuda, ya que vamos a profundizar en todo lo relacionado con las emociones. Hoy en día todos las tenemos a flor de piel, así que creo que es necesario conocer un poco más sobre ellas (y sobre nosotros mismos), para vivir con más conciencia, y de forma más saludable.
Ya al principio de este podcast, en el episodio número 11 enumeramos los beneficios emocionales de la respiración. Pudiste hacerte una idea de los cambios tan positivos que podías lograr simplemente mejorando tu respiración.
Hoy vamos a ir un poco más allá recorriendo el proceso hasta generar una emoción, y descubriendo cómo se alojan físicamente en nuestro cuerpo. Pero para todo ello debemos comenzar por revisar qué son las emociones.
¿Qué son las emociones?
Lo primero es aceptar que son expresiones naturales del ser humano, respuestas que damos a medida que nos relacionamos con el mundo exterior. Forman parte de nuestra vida, y no podemos ni debemos evitarlas, ya que son el resultado de poner en contacto nuestro interior, con el exterior.
Y aquí vamos a ver cómo es fundamental el mundo de la memoria, los recuerdos y las experiencias pasadas. Ya que cada uno interpretamos la realidad con nuestras propias gafas, y de ahí que reaccionemos de forma más o menos emocional.
Todo este proceso, hasta que llegamos a generar la emoción, se basa en la energía vital, en el Prana, ya que el Yoga parte de la idea de que en un estado de conciencia pura no hay movimiento. La mente permanece tranquila y el Prana quieto.
Y aquí me viene a la cabeza una explicación de Cyndi Dale que leí una vez, que decía igualmente que las emociones son energía en movimiento. Si lo piensas en inglés la palabra emotion se compone del prefijo e-, que haría referencia a la energía, que en inglés es prácticamente igual, energy. Y después del vocablo motion que se traduce como movimiento o movilidad.
Por eso una vez que el Prana comienza a moverse, y aquí cito a Vasant Lad:
“Transforma la conciencia en percepción, la percepción en sentimiento, el sentimiento en pensamiento y el pensamiento en emoción”.
A continuación vamos a ver cada etapa de este proceso con más detalle.
¿Cómo se crean las emociones?
Hemos dicho que en un estado de conciencia pura la mente permanece en total quietud. Pero sabemos que esto no es lo habitual en nuestro día a día, ya que contamos con numerosos estímulos y distracciones externas.
Cuando el Prana comienza a moverse hace que la mente se agite, y con ello la conciencia toma una dirección muy concreta convirtiéndose en atención. Y cuando ésta atraviesa cualquiera de los órganos sensoriales (ojos, oídos, nariz,…) se convierte en percepción.
Esta es la primera etapa de la cita, se transforma la conciencia en percepción, y es lo que ocurre cuando vamos en el metro o el autobús y la mirada (y la atención) se nos va continuamente a aquellas personas que están hablando o moviéndose. No es que tengamos un interés real en su conversación, pero llama nuestra atención y nos enfocamos en ello.
Para poder comprender cómo avanza el proceso debemos detenernos un instante para darnos cuenta de que el punto de inicio se encuentra en el exterior, con un objeto, persona o situación fuera de nosotros. Y a través de nuestra atención, creamos una percepción interna, comenzando a adentrarnos, e involucrarnos de manera totalmente personal.
Y es que esta percepción viene cargada de distintas sensaciones. Puede ser agradable o no, lo que hace que aquí surjan los sentimientos. Es la segunda etapa, en la que la percepción se transforma en sentimiento.
Después entra en juego el cerebro, que analiza basándose en sus recuerdos y experiencias pasadas, y así empieza a crear un pensamiento. Aquí es inevitable que comencemos a juzgar.
La auténtica percepción se basa en ver claramente sin ningún prejuicio ni arbitrariedad. Pero en el momento en que se involucra la mente, cada persona percibe sintiendo repulsa o atracción, juzgando las cosas y las experiencias como agradables o desagradables.
Así se enturbia la percepción inicial, que deja de ser pura y neutral, para cargarse de filtros y sentimientos. El resultado es una imagen parcial, que desemboca finalmente en la emoción.
Podemos decir por tanto que cada emoción es una reacción personal y subjetiva, que nace de nuestra memoria cuando nos enfrentamos a la realidad del mundo exterior.
Emociones y respiración
Las emociones tienen sentido cuando fluyen a través de nosotros. Recuerda que son energía en movimiento, por lo que el problema con ellas aparece cuando tratamos de frenarlas y reprimirlas. Aquí surge el bloqueo, y empezamos a funcionar de forma desequilibrada.
Como siempre podemos aprenderlo fácilmente de la naturaleza. Cuando los frutos maduran en los árboles, caen al suelo, al igual que muchas hojas en otoño. Es el ciclo natural, cada cosa tiene su tiempo y su momento. No podemos pretender que los frutos duren para siempre, como tampoco debemos retener las emociones.
Para ello debemos entrenarnos y ser capaces de reconocer la emoción, entrando en contacto con ella, para dejar que madure, que nos muestre su mensaje, para después dejarla marchar.
Es un acto de entrega o rendición, en el que la respiración juega un papel fundamental. Ya sabes que a través de ella nos hacemos más presentes en nosotros mismos y nuestra energía, pudiendo recorrer todo el proceso hasta que se genera la emoción de manera mucho más consciente.
Normalmente no nos damos cuenta de cómo afectan nuestros pensamientos o experiencias a cómo nos sentimos. Saltamos directamente al estado final, a la emoción, pero perdemos el resto de información.
El mantener una respiración consciente y de calidad te ayudará a reconocer cuándo y por qué tu mente comienza a agitarse, es decir, cuándo comienza el proceso. También todo lo que hay de personal y subconsciente en él. Y sobre todo, te ayudará a liberar más fácilmente la emoción, cuando sea el momento de dejarla marchar.
Además, la relación entre las emociones y la respiración funciona en los dos sentidos. Porque cuando estamos bajo un estado emocional intenso, nuestra respiración también se ve afectada, perdiendo generalmente profundidad y calidad.
Por ello, si estamos acostumbrados a escuchar nuestra respiración, podemos identificar más fácilmente cuando ésta pierde su ritmo, cuando empieza a ocurrir algo que no es normal. Así podemos frenarlo a tiempo, antes de que sea un problema mucho mayor.
Y podemos además beneficiarnos de las múltiples técnicas de respiración, si nos reconocemos en un estado alterado y queremos recuperar el centro y la quietud. Tienes muchísimas meditaciones a lo largo de este podcast que te pueden ayudar a la hora de relajar la tensión y recuperar tu equilibrio, así que te invito a revisarlas.
Ten en cuenta que todas las prácticas de Yoga y meditación benefician al sistema nervioso, ayudan a calmar la mente, y en el plano emocional nos permiten liberar emociones que no hayan sido expresadas o resueltas.
Te recuerdo que tienes todos los beneficios emocionales de la respiración en el episodio número 11, por si es un tema que te interesa y quieres conocerlo más en profundidad.
Emociones asociadas a los órganos
Aquí me gustaría continuar con algo muy interesante, y es la idea que comparten la Medicina Tradicional China y el Ayurveda, de que cada emoción está asociada a un órgano en concreto.
La relación es la siguiente:
- Hígado: ira, rabia.
- Vesícula biliar: odio, celos, envidia.
- Riñones: miedo, ansiedad.
- Colon: nerviosismo.
- Bazo: apego, avaricia.
- Corazón: dolor, preocupación.
- Pulmones: pena, tristeza, melancolía.
Estas tradiciones nos ayudan a comprender nuestra complejidad, entendiendo que todo en nosotros está relacionado.
Por eso cuando una persona siente pena o tristeza, emociones asociadas a los pulmones, su respiración se vuelve mucho más pobre y superficial. Porque esa situación es tan dolorosa para él, que evita alcanzar la pena y tocarla.
El dolor en realidad suele expresarse como negación o ira, lo que hace que sea más difícil de reconocer. Y aquí está el problema de negar o suprimir las emociones, especialmente durante largos periodos de tiempo, pudiendo llegar a ocultarlas durante años.
Cuando logramos liberarlas al hacer Yoga o meditar, es habitual que aparezca el llanto de forma repentina. Mucha gente se asusta, pero es algo totalmente normal, ¡y sumamente sanador!
Lo que sucede es que a través de la respiración completa y el movimiento de los pulmones, las emociones acumuladas de tristeza o dolor, van saliendo a la superficie. Durante la práctica se activa su energía, y esto permite que la persona recorra el camino de la tristeza a la aceptación, a medida que su dolor va sanando.
Esto no significa que todo el mundo vaya a llorar en una clase de Yoga, únicamente que es un proceso normal de sanación y liberación. Así que si te sucede no te avergüences ni trates de frenarlo. Todo lo contrario, disfruta de ese momento porque sentirás cómo realmente te quitas un gran peso de encima.
Meditación para quemar la ira interna
- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Postura: sentado en postura Fácil (Sukhasana) vas a mantener cogidos en la mano derecha los dedos meñique y anular con el pulgar, a la vez que dejas índice y corazón extendidos. Sólo en la mano derecha, colocando el brazo estirado hacia delante, y de aquí hacia arriba a 60º. La mano izquierda en cambio queda con la palma apoyada sobre el centro del pecho.
- Respiración: con la boca abierta frunce los labios para formar una “O”, y respira a través de ella de forma poderosa, inhalando en 2 segundos y exhalando también en 2 segundos.
- Ojos: cerrados.
- Tiempo: 11 minutos.
- Para terminar: inhala profundo, sostén el aire dentro durante 10 segundos mientras estiras ambos brazos por encima de la cabeza. Alarga la columna y los brazos todo lo que puedas y después exhala con respiración de cañón. Repite 2 veces más.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.