En este episodio vamos a tratar un tema muy sencillo, la expansión de los pulmones, para que puedas volver a sentir tu respiración en profundidad y no caigas nunca en el error de darla por hecho.
Aprenderemos además cómo la expansión física genera a su vez expansión a nivel energético, y cómo desde nuestra respiración podemos agrandarnos en el plano espiritual.
Podrás llevarlo a la práctica con una meditación para experimentar el Infinito, ¡no te la pierdas!
Contenido:
- La expansión de los pulmones: minuto 6:39
- Ejercicio para sentir el movimiento de los pulmones.
- Expansión energética y espiritual.
- Meditación para experimentar el Infinito: minuto: 16:27
Transcripción
Con el ritmo de vida que llevamos, y toda la presión que sentimos últimamente, es normal que nos vayamos olvidando de nuestra respiración, dejando que se produzca de forma totalmente involuntaria.
Pero a lo largo de este podcast hemos aprendido que la respiración no sólo se puede dirigir y manipular de manera consciente, sino que además, gracias a ello, podemos disfrutar de enormes beneficios y cambios en nuestra salud, vitalidad o energía.
Por eso hoy quiero volver contigo a un tema básico, pero frecuentemente olvidado, que es la expansión de los pulmones. Creo que es un buen momento para frenar, y para reconectar con la tranquilidad, ligereza y expansión que nos regala cada respiración.
Además, ahora que has podido corregir el error de la respiración inversa, tal y como veíamos en el episodio anterior, es hora de que te permitas disfrutar realmente de la respiración, sintiéndola en toda su plenitud.
La expansión de los pulmones
Los pulmones son uno de los órganos más grandes del cuerpo. Miden unos 26cm de alto y 15 de diámetro, aunque como sabes en su parte inferior son más anchos que en la parte superior.
Además el pulmón derecho es más grande que el izquierdo, ya que éste comparte el espacio con el corazón.
La propia constitución de cada persona, sobre todo el tamaño de la caja torácica, puede dar lugar a variaciones en estas medidas. Y también si se es hombre o mujer. Pero en cualquier caso, esta es la proporción.
Aunque yo me pregunto, si los pulmones son así de grandes en reposo, ¿cuánto miden o cómo de grandes pueden llegar a ser al inhalar profundo?
Lo cierto es que no he encontrado una respuesta clara, porque depende de numerosos factores, pero así como dato curioso, puedo decirte que si extendiéramos todos los bronquiolos, tendríamos una superficie de 7.5 metros cuadrados. Y si lo hiciéramos con los conductos y sacos alveolares, llegaríamos a ocupar nada más ni nada menos que una superficie de 140 metros cuadrados.
Gracias a ello los pulmones son como esponjas, y al igual que las esponjas pueden llenarse con gran cantidad de agua, los pulmones también se expanden en todas direcciones con la respiración. Por ello a la hora de inhalar debemos prestar atención al abdomen, al pecho, a los costados y también a la espalda.
Debes asegurarte de que el movimiento de expansión de la inhalación se produce en todas direcciones. Primero lo notarás en el ombligo, ya que éste avanza al ser empujado mientras desciende el diafragma. Después los lados del cuerpo se ensanchan y las costillas se desplazan hacia los lados a medida que se va llenando y expandiendo la caja torácica.
Pero aquí debemos reconocer que la caja torácica en realidad tiene 3 dimensiones, y no existe únicamente en los lados, por lo que además, debemos buscar sentir el movimiento hacia atrás en la espalda.
Es sutil pero si prestas suficiente atención podrás notarlo, además de beneficiarte de una respiración mucho más profunda. Sobre todo cuando estés trabajando en Yoga con posturas en las que estás tumbado boca arriba. Aquí este movimiento de la respiración es clave para masajear tu cuerpo y obtener todo el beneficio de los asanas.
Y por último, debes notar también la expansión en la parte superior del pecho, con un suave movimiento de las clavículas hacia arriba. Esta zona ya hemos visto en otros episodios que es más compleja y sutil, porque intervienen muchos más músculos de menor tamaño y la coordinación entre ellos es más delicada.
Lo importante es que vayas prestando atención a todo esto, poco a poco, mejorando de forma progresiva, porque la buena noticia es que los pulmones pueden recuperar su flexibilidad y elasticidad, por lo que no todo está perdido y no debemos nunca rendirnos, ni conformarnos con una respiración pobre y superficial.
No importa tu edad, ni tu condición física, todo el mundo puede mejorar su capacidad pulmonar, y disfrutar del máximo potencial de la respiración. Y para ello la respiración completa es una de las mejores herramientas.
Sólo ten en cuenta que al principio puede resultar incómoda o incluso dolorosa, ya que el cuerpo no está acostumbrado y los músculos se sienten rígidos o entumecidos. Pero no debemos quedarnos en ese hábito de respirar de forma superficial, ya que con el tiempo nos puede llevar a olvidar por completo cómo respirar bien.
Te animo así a cuidar la respiración, y a tomarte unos minutos cada día para practicar la respiración completa, ya que como vamos a ver más adelante, no sólo te ayuda a expandir tu capacidad pulmonar, sino también tu conciencia y energía.
Pero antes vamos a hacer un ejercicio para que puedas identificar bien cada movimiento y familiarizarte con todos ellos.
Ejercicio para sentir el movimiento de los pulmones
Para realizarlo vas a mantenerte sentado, con la espalda recta, y vas aayudarte de las manos, para localizar los puntos más importantes:
En primer lugar vas a apoyar una mano sobre el abdomen y la otra sobre el pecho. Inhala profundo y observa el movimiento hacia delante en ambas manos. Aquí siempre hacemos hincapié en que el abdomen avanza, pero recuerda que la caja torácica se expande en todas direcciones por igual, por lo que también tiene un movimiento hacia delante, aunque sea menor que el del abdomen. Lo notarás en las manos alejándose de la columna.
Ahora vas a rodear tu cuerpo con los brazos, apoyando las manos en los costados, como si estuvieras dándote un abrazo. Primero coloca las manos en la parte inferior de la caja torácica. Siente aquí como las últimas costillas empujan las manos hacia fuera, a la vez que tu cuerpo se ensancha.
Pasa ahora las manos un poco más arriba, apoyándolas bajo las axilas y continúa concentrado en este mismo movimiento, quizás en esta posición te sea más fácil de reconocer.
Para sentir el movimiento de los pulmones hacia atrás, lo más sencillo, si tienes oportunidad, es entrar en postura del niño, de rodillas sentado sobre los talones, dejando caer todo tu peso hacia el suelo. En esta posición coloca las manos en la parte inferior de tu espalda y siente la expansión al inhalar.
Si no puedes bajar al suelo para hacerlo, simplemente déjate caer totalmente relajado tal y como estás, en la silla. Redondea la espalda, apoya las manos en la parte inferior y siente el movimiento.
Ahora vas a sentir el movimiento ascendente volviendo a sentarte con la espalda recta, y apoyando las manos sobre las clavículas. Presta atención al final de la inhalación y siente cómo las manos suben.
Cuando te sientas preparado relaja las manos y prueba a quedar respirando de forma profunda, de manera que puedas llenar completamente los pulmones y sentir el movimiento y la expansión en cada dirección.
En el abdomen, en la caja torácica, en el pecho, en la espalda, en las clavículas.
Al exhalar siente cómo todo se relaja volviendo a su posición, dirigiéndose hacia el centro de tu cuerpo. Asegúrate por último de llevar el ombligo hacia la columna para forzar la exhalación completa.
Expansión energética y espiritual
A medida que sientas la expansión físicamente en tu cuerpo, te será más fácil reconocerla también en el plano energético y espiritual.
La respiración completa te conecta con tu energía más sutil, por lo que puedes notar cómo el aire nutre todo tu cuerpo, llegando mucho más allá de los pulmones. Siente todo tu cuerpo lleno de Prana, de energía vital, y comprueba cómo todo tu Ser se ensancha, se agranda y se expande.
En realidad el trabajo espiritual no es nada que podamos forzar o controlar. Todos contamos con una parte sutil, espiritual o energética, como lo quieras llamar. Pero lo único que podemos hacer es invitarla a fluir a través de nosotros, o, más bien, hacernos conscientes de cómo fluye a través de nosotros.
Porque es algo que siempre está ahí, en nuestra naturaleza, pero en función de nuestros hábitos y nivel de conciencia, nos puede pasar del todo desapercibida.
Por eso una de las mejores formas de hacernos presentes en nuestra totalidad es la respiración completa, y a través de ella puedes favorecer el flujo de energía, haciendo que tus centros y canales energéticos optimicen su funcionamiento y puedan crear una frecuencia elevada en todo tu Ser.
Recuerda que así nace tu luz interior, con la frecuencia de los chakras, y que después ésta se refleja en el aura, en tu campo magnético, para ser proyectada hacia el exterior.
Además, al conectar y expandir tu respiración, estás conectando también con tus propios ritmos, y con los ciclos de la vida. Esto te lleva a sentir más fácilmente que eres parte del cosmos, no sólo no estás separado del universo, sino que eres una parte esencial de él.
El Yoga nos enseña que la mayor parte de los problemas y del sufrimiento en el ser humano vienen del sentimiento de separación, de desconexión. Esto no es más que una ilusión, y una vez que conseguimos salir de ella cambia totalmente la percepción que tenemos de nosotros mismos y de la vida, acercándonos más a la unidad y la cooperación.
Desde este sentimiento de unidad y de conexión, se genera una gran confianza, que te lleva a eliminar el miedo en tu vida. Piensa que el miedo es una de las energías que más pequeño te hace y más te limita, por lo que alejándote de él, puedes realmente descubrir tu máximo potencial y vivir desde la expansión de tu espíritu.
Reconociendo que espiritualmente no hay nadie que realmente esté contra nosotros, podemos sentirnos mucho más tranquilos y vivir desde la quietud, aprovechando nuestra energía, en lugar de malgastarla en miedos y pensamientos negativos.
Así podemos reconocer nuestro propósito y entregarnos a él, reconociendo toda nuestra fortaleza, capacidad y valor.
Y aquí me gustaría terminar con una cita de Pranay:
«Así que todas las cosas comienzan con la comprensión de que no estás solo, que todo es alcanzable para ti, pero sólo si puedes verlo y sentirlo profundamente». Pranay
Te invito a sentir tu respiración, ya que es el primer paso para alcanzar el Infinito y el espíritu.
Meditación para experimentar el Infinito
- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Postura: sentado en postura Fácil (Sukhasana) vas a colocar las manos por delante de tu cuerpo, de forma que se toquen la yema de los dedos meñiques y pulgares, quedando el resto separados, así como las palmas. Los dedos anular, corazón e índice se mantienen juntos y estirados. Coloca este mudra a la altura del corazón, sin que las manos lleguen a tocar el cuerpo.
- Respiración: frunciendo los labios inhala a través de la boca y exhala fuertemente por la nariz, asegurándote de soltar todo el aire.
- Ojos: enfocados en la punta de la nariz.
- Tiempo: 11 minutos.
- Para terminar: inhala profundo, sostén el aire dentro durante 10 segundos mientras aplicas mulabandha, y exhalando relaja.
Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.