En este episodio vamos a detenernos a reflexionar sobre la importancia de la respiración en los asanas o posturas de Yoga. De la relación entre ambas nacen todos los beneficios de la práctica, y se desarrolla nuestra conciencia corporal y energética.
Puede que estés pensando que como tú no haces Yoga esto no es para ti, pero déjame decirte que la práctica de Yoga siempre se puede extrapolar a la vida diaria, y que todas las lecciones que aprendemos en la colchoneta en realidad se aplican y tienen sentido fuera de ella.
Al final como siempre realizaremos una meditación, esta vez para sanar un corazón roto, ¡no te la pierdas!
Contenido
- La importancia de la respiración en el Yoga
- El papel de la respiración en la práctica del Yoga.
- Consecuencias de no hacer la respiración consciente.
- La respiración en los asanas.
- Meditación para sanar un corazón roto.
Transcripción
Pese a que la respiración es una de las partes más importantes de la práctica de Yoga, lo normal es que también sea una de las que más se pasan por alto. Así que como ves al final la práctica no difiere tanto de la vida real.
La importancia de la respiración en el Yoga
Mucha gente se acerca al Yoga desde la idea de hacer un ejercicio suave, ganar flexibilidad, o llegar a hacer posturas imposibles. Yo creo que cualquier motivo está bien porque todos tenemos que comenzar en algún punto, y lo importante es precisamente eso, comenzar. Después tendremos tiempo de descubrir toda la profundidad y ahondar más en otros aspectos.
El problema es que estos enfoques tan físicos dejan fuera toda la parte energética, y no buscan la conexión y la introspección que realmente son la clave para experimentar esta técnica, con toda su profundidad y beneficios.
Por ello es fundamental que tengamos claro desde el principio el papel tan importante que juega la respiración, y que no la obviemos ni ignoremos en nuestras prácticas.
En palabras de Mark Stephens:
El corazón de la práctica de Yoga es el despertar consciente y el movimiento de la energía que crea una sensación de estar completamente vivo y consciente de la totalidad del propio ser en el mundo. Si bien la práctica de asanas es una parte esencial de este despertar, el pranayama consciente distingue principalmente el Yoga del ejercicio físico.
Mark Stephens
El papel de la respiración en la práctica del Yoga
Son muchas las formas en las que la respiración apoya y beneficia la práctica de Yoga.
- En primer lugar la respiración nos nutre, aportándonos todo el Prana que necesitamos. Nos ayuda a oxigenar nuestros músculos, tejidos y órganos, y recarga nuestra energía. Ya sabes que pese a que el Yoga suele verse como una actividad relajante, en realidad lo que consigues con ella es equilibrar tu energía. La sensación al final debe ser de relajación, pero a la vez de vitalidad, encontrándote más ligero, descansado y con la mente más clara y enfocada.
- La respiración es además nuestra guía y maestra durante toda la práctica. Y no es que ella vaya a enseñarte nada de forma directa, no esperes a escuchar la voz de un narrador o de un personaje externo, porque no funciona así. Tan sólo vas a escuchar tu propia voz porque a través de la respiración puedes conectar muy fácilmente con tu intuición y tu guía interior. No nos han enseñado a confiar en nosotros mismos, y por eso siempre buscamos las respuestas fuera de nosotros, pero el Yoga nos enseña que todo lo que necesitamos ya está dentro de nosotros mismos, y podemos llegar a ello gracias a nuestra respiración.
- Es la fuente necesaria para el despertar energético del cuerpo. Ya que al respirar de forma consciente en las posturas podemos abrirnos a conocernos más en profundidad. Como dice Bernie Clark: “No usamos el cuerpo para hacer una postura. Usamos una postura para introducirnos en el cuerpo.” De esta forma podemos experimentar y sentir la famosa unión de cuerpo, mente y espíritu. Recuerda las envolturas del ser o koshas que veíamos en el episodio 57, y cómo la capa relacionada con el Prana impregnaba todas las demás y nos permitía tener acceso a ellas.
Consecuencias de no hacer la respiración consciente.
Como ves, son muchas las ventajas de mantener una respiración consciente durante la práctica, aunque esto no siempre es posible.
¡Durante una clase de Yoga hay tantas cosas a las que prestar atención!
Sobre todo al principio, cuando todo es completamente nuevo y, seamos sinceros, bastante raro. No sólo estás llegando a un lugar extraño con gente desconocida, sino que además debes prestar atención a todas las instrucciones para colocar tu cuerpo en ciertas posturas, que lo más normal es que se sientan incómodas, complicadas o molestas.
Ahí estás tú, descubriendo la realidad de tu cuerpo, intentando concentrarte y preguntándote ¿cómo demonios parece tan fácil cuando lo hacen los demás?
Lo normal es que al principio se te pasen millones de cosas por la cabeza, y que debido al esfuerzo físico y a la tensión de seguir el ritmo de la clase, lo último que te importe sea tu respiración.
Incluso si ya tienes más experiencia y has superado todos estos obstáculos, es muy habitual que la respiración sea algo secundario en tu práctica, yendo a la zaga de todo lo demás.
Volvemos a esa idea de que pese a que es la parte más importante de la práctica, y es esencial, es también muy fácil dejarla de lado, y no darle toda la importancia que merece.
Es un trabajo que debemos hacer de forma constante, porque ya sabes que en cuanto bajamos un poco la guardia, el cuerpo está encantado de volver a respirar de forma automática. Y la mente ni te cuento.
Por eso debemos hacer el esfuerzo de respirar de forma consciente, y vamos a ver ahora las consecuencias que puede tener no hacerlo.
- Si no estamos presentes y conscientes en nuestra práctica, la respiración desaparece. Y lo mismo sucede al contrario, si no estamos presentes en nuestra respiración, la conciencia de la práctica se evapora, dejándonos con un ejercicio físico sin más intención ni profundidad.
- Perdemos el enfoque, la mente se dispersa y comienza a deambular. En lugar de dirigirla y aprovecharla como herramienta, dejamos que sea libre de volcar todos los pensamientos que quiera, y perdemos el rumbo y la orientación.
- Nos apartamos del aquí y ahora. En el momento en que dejamos de estar presentes en nuestra respiración nos apartamos de nosotros mismos y de cada instante. La mente tenderá a reproducir pensamientos relacionados con el antes o el después de tu práctica.
- Perdemos la conciencia de cómo se está moviendo la energía en nuestros cuerpos. Recuerda que el flujo de energía es algo realmente sutil, pero que podemos observar y sentir a través de nuestra respiración.
- No captamos las sensaciones más sutiles. Como consecuencia de lo anterior, nos quedamos en lo obvio y superficial, sin posibilidad de ahondar.
- Abandonamos el sentimiento de unión, y la conciencia del ser como cuerpo, mente y espíritu. La respiración es el pegamento que mantiene todas nuestras partes unidas, y al abandonarla, perdemos la conciencia de unidad.
- Nos quedamos estancados en nuestro desarrollo espiritual, desaprovechando las posibilidades de evolución y refinamiento que nos ofrece nuestra práctica.
- Resulta más difícil avanzar hacia nuevos retos de prácticas más difíciles y exigentes, porque para ello necesitamos una buena base que nos dé estabilidad física y tranquilidad.
La respiración en los asanas
Como ves la respiración consciente es fundamental durante la práctica de Yoga porque nos hace presentes, nos recuerda dónde enfocarnos y recoge nuestra atención.
Pero además de todos estos beneficios, porque todo lo explicado anteriormente puede leerse también en positivo. Si hemos dicho que el no hacer la respiración consciente te lleva a desconectarte de tu propio cuerpo, lo contrario también es cierto, y realizándola puedes disfrutar de dicha conexión.
Además aporta otros valores a la práctica de asanas.
En primer lugar yo destacaría que convierte la práctica en una meditación, y te permite experimentarla como un continuo, no como fragmentos sueltos y aislados. De esta forma podemos además ganar continuidad en toda nuestra vida, y hacer las transiciones entre actividades, o situaciones mucho más suaves y fluidas.
Esto también nos permite superar nuestros límites, ya que al acceder a un espacio meditativo mientras sostienes el asana, facilitará su realización e impedirá que lo deshagas sólo por un pensamiento de incomodidad o de debilidad.
Y además te permitirá profundizar mucho más en la postura, así como alinear correctamente el cuerpo en ella. Si observas detenidamente cada inhalación favorece que tu columna crezca y se mantenga recta, sin que tengas que hacer nada, de forma totalmente natural. Mientras que la exhalación te ayuda a aflojar y liberar la tensión.
Si incorporas esto en tus posturas, tu práctica cambiará radicalmente, podrás comprender mejor su geometría, los músculos involucrados, el equilibrio,… Te ayudará a mantenerlas con la tensión y el esfuerzo justos, y aprenderás a utilizar a tu favor todas las fuerzas involucradas.
Meditación para sanar un corazón roto
- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Ojos: cerrados con la mirada concentrada en el interior.
- Postura: sentado en postura Fácil. Junta las manos de forma que las palmas se toquen suavemente. Llévalas arriba hasta que el dedo corazón quede a la altura del punto del entrecejo, los antebrazos formarán una línea recta, paralelos al suelo.
- Respiración: larga y profunda.
- Tiempo: 11 minutos.
- Para terminar: inhala profundo, exhala, relaja la respiración. Entrelaza los dedos en las manos y llévalas por encima de la cabeza, estirando con fuerza los brazos durante 2 minutos.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.