Continuamos adentrándonos en nuestro organismo para descubrir hoy los tres diafragmas de la respiración.
Siempre hablamos del diafragma, refiriéndonos a uno de ellos, pero como suele ocurrir dentro del Yoga, al mirar en profundidad todo es mucho más complejo. Pero también más enriquecedor.
Por ello vamos a conocer hoy todos los diafragmas que afectan a nuestra respiración, y vamos a meditar juntos para estimular el canal central de energía, Sushmana Nadi.
Contenido
- Las 3 partes de la respiración completa.
- Los tres diafragmas de la respiración:
- La tercera concha o suelo pélvico.
- El diafragma torácico.
- La garganta o primera concha.
- Meditación para estimular el canal central, Sushmana Nadi.
Transcripción
A estas alturas no creo que haya nadie que no conozca la respiración completa, pero por si acaso, vamos a recordar rápidamente en qué consiste esta respiración, ya que resulta clave para comprender el tema de hoy.
Las 3 partes de la respiración completa
Como veíamos en el episodio número 6, la respiración completa, que es la más beneficiosa que podemos hacer, y es la base para las demás técnicas de pranayama, se compone de tres partes diferenciadas.
De hecho, se llama respiración completa porque al sumar estas partes lo que hacemos es emplear toda la capacidad pulmonar. Cuando estamos respirando de este modo lo hacemos de forma fluida, y el movimiento al final es uno solo, pero es importante que conozcas las tres zonas diferenciadas, porque vuelven a estar presentes en el tema de hoy.
Así recordándolas, tenemos la parte inferior de los pulmones, en la respiración abdominal, la parte media, en la respiración torácica, y la parte superior en la respiración clavicular.
Los tres diafragmas de la respiración
Hasta ahora hemos aprendido que el proceso de la inhalación comienza con el movimiento del diafragma, que desciende, presiona el abdomen, y crea el espacio necesario para la expansión de los pulmones.
Pues bien, este proceso en en realidad algo más complejo, ya que desde Kundalini Yoga se nos enseña que son 3 los diafragmas que intervienen a nuestra respiración.
Su nombre original es sankh, que se traduce como concha, por lo que nos estaremos refiriendo a ellos como diafragmas o conchas indistintamente. En realidad estos son los 3 principales, pero habría más en el organismo.
Cada uno de ellos se relaciona con una de las partes en que dividíamos la respiración completa, ya que son diafragmas flexibles que intervienen de forma directa en el movimiento y proceso de la respiración.
Al comenzar la inhalación llenamos la parte más baja de los pulmones. El diafragma torácico desciende, empujando los órganos en el abdomen, lo que a su vez presiona el diafragma pélvico hacia abajo. Después llenamos la zona torácica, expandiendo las costillas, la espalda y los hombros. Y por último la parte superior elevando las clavículas. En este punto el diafragma de la garganta se mueve hacia arriba, al contrario de los otros dos, creando una especie de tope, para contener el aire. Así los pulmones pueden disfrutar del máximo espacio para su expansión, y contener gran cantidad de aire.
En la exhalación sucede lo contrario. A medida que vamos soltando el aire, el diafragma de la garganta desciende y comienza a presionar los pulmones para vaciarlos. El diafragma torácico se relaja, recupera su posición subiendo, y de esta forma libera todos los órganos que estaba presionando en el abdomen y la pelvis. Como consecuencia, también el diafragma pélvico asciende cambiando su curvatura.
Puedes verlo más fácilmente si imaginas que cada diafragma en su posición normal tiene forma de cúpula, y cuando desciende cambia su curvatura y se parece más a un cuenco.
Entonces si visualizas la inhalación, gráficamente habría dos cuencos en la parte inferior, y una cúpula en la superior. Los pulmones disponen de todo el espacio para llenarse de aire. Puedes entender que al hacerlo presionan los diafragmas y los empujan como hacia fuera, en realidad en la parte inferior hacia abajo y la superior hacia arriba. Pero lo importante es que te quedes con esa idea de que los diafragmas trabajan en conjunto para generar el movimiento, y que lo comprendas en líneas generales antes de pasar a cada uno de ellos.
Durante la exhalación es al contrario, todos los diafragmas cambian su curvatura de forma que ahora tenemos un cuenco en la parte superior, y dos cúpulas en la inferior. De esta forma los pulmones se ven comprimidos y se fuerza la salida de aire. Ahora todos los diafragmas empujan hacia dentro.
La tercera concha o suelo pélvico
Vamos a detenernos ahora un poco más en cada uno de los diafragmas, comenzando por el tercero, en la pelvis. Éste se sitúa en la parte más baja del tronco, y de hecho, se llama suelo pélvico. Es lo que cierra la parte inferior de la pelvis, sosteniendo todos los órganos perfectamente recogidos.
Como hemos visto en el proceso de la inhalación, el descenso del diafragma torácico presiona los órganos en la cavidad abdominal. Por ello el diafragma pélvico debe descender también para hacer posible el movimiento, acomodando los órganos para no comprimirlos en exceso.
Creo que ya hemos hablado en alguna ocasión de que si prestas atención a tu respiración, puedes sentir cómo llega hasta la pelvis. Recuerda además cuando hablábamos de la importancia de la postura en la respiración, en el episodio 8, cómo la posición de la pelvis afecta directamente a la columna y determina toda tu postura.
Así que te invito a concentrarte en esta parte de tu cuerpo al sentarte en la postura de meditación y al inhalar profundamente. Poco a poco te será más fácil conectar de forma más profunda con la sensibilidad y el conocimiento de tu cuerpo. Si nunca te has parado a sentir tu respiración es normal que al principio te resulte extraño o complicado, pero no te desanimes, verás que con la práctica todo cambia y se hace más fácil.
También en la exhalación puedes sentir cómo el diafragma torácico regresa presionando hacia el interior, y todos lo órganos en el abdomen recuperan su posición. Para ello es necesario que el diafragma pélvico regrese a su vez hacia arriba.
Pero esto no siempre ocurre, ya que con el tiempo vamos perdiendo la flexibilidad de los músculos en el suelo pélvico, y por tanto, la capacidad de acomodar los movimientos de la respiración. Esto obstruye y ralentiza tanto la inhalación como la exhalación, y hace que respiremos de forma más pobre y superficial.
Para que esto no ocurra tenemos una herramienta maravillosa que es mulbandh, o el cierre de raíz. Lo veíamos en detalle en el episodio número 36, por si quieres volver a él. Si no lo conoces te recomiendo que lo hagas, porque en la meditación de hoy vamos a trabajar con todos los cierres energéticos.
El diafragma torácico
Ahora vamos a pasar al diafragma torácico, que es el que ya conoces y el que te resultará más sencillo ubicar.
De hecho hemos hablado muchísimas veces de él a lo largo de este podcast, y si te interesa profundizar en él puedes hacerlo en el episodio 17, donde hablábamos de los músculos de la respiración.
Este diafragma está unido a las últimas costillas, y a las primeras vértebras de la columna, por lo que su acción es fundamental en el proceso de la respiración. Es el músculo más importante para ello y por eso está siempre presente cuando hablamos de la respiración.
Ya sabes que con la inhalación desciende para favorecer la expansión de los pulmones, ahora ya has aprendido que lo hace además apoyado por el diafragma pélvico, en la base del tronco, pero su función es esa, ofrecer todo el espacio posible en la caja torácica, para que los pulmones puedan llenarse sin ninguna limitación.
Al exhalar se relaja y recupera su forma, lo que permite que la caja torácica se contraiga y se genere la presión necesaria en los pulmones para forzar la salida del aire.
Creo que he repetido esto hoy ya un montón de veces, pero es la base de toda la respiración, y es clave que no haya ninguna duda con este proceso. Además es más difícil siempre explicarlo únicamente con palabras.
Si no cuidamos el movimiento del diafragma, de nuevo puede afectar negativamente a nuestra respiración, y esto ocurre de forma muy habitual. Cuando mantenemos el hábito de respirar de forma superficial, cuando estamos nerviosos o con emociones muy negativas, nos cuesta dar toda la profundidad que necesita la respiración, y, en consecuencia el diafragma se tensa y rigidiza.
Aquí además de poner conciencia para respirar más profundo, podemos ayudarnos nuevamente de los bandhas, en este caso de uddiyana bandha, ya que aumenta la fuerza y flexibilidad del diafragma torácico.
La garganta o primera concha
Y por último vamos a hablar del primer diafragma, en la garganta. Este es el responsable de la última parte de la respiración completa, ya que al final de la inhalación asciende, recuerda, formando esa cúpula que cierra en la parte más alta la respiración, y así impide que el aire se escape de nuevo por la nariz.
En la exhalación vuelve a cambiar de forma que desciende y se suma a la presión que ejerce el diafragma torácico desde la parte inferior, para hacer salir todo el aire.
Si llevas tu atención a esta zona durante la respiración no te será difícil de identificar el movimiento en la garganta, y cómo apoya el proceso de la respiración. También lo mucho que depende del movimiento y la presión en el abdomen para que la exhalación se produzca de forma equilibrada.
Y para ello volvemos a ayudarnos de las cerraduras energéticas, en este caso de jalandhara bandha o cierre de garganta. Es muy importante aplicarlo durante las meditaciones para sostener la alineación de la postura, y como ves, para apoyar todo el proceso de la respiración.
En la meditación de hoy vamos a trabajar con todos ellos para estimular el canal central, y para desarrollar más control interno sobre nuestra postura.
Observa así cómo el cierre de raíz, mulabandh aporta la estabilidad, la base y el apoyo. Cómo uddiyana bandha sostiene la caja torácica, manteniéndola elevada. Y cómo el cierre de garganta sostiene la parte superior de la columna erguida y alineada, sosteniendo la tensión de la postura desde arriba, como si alguien pudiera tirar de tu cabeza ayudándote a crecer y sosteniéndote con más facilidad.
Meditación: para el canal central Sushmana Nadi
Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo
Postura: sentado en postura Fácil, Sukhasana. Dobla los codos y trae las manos a la altura de los hombros, con gyan mudra en los dedos, y la palma mirando al frente.
Ojos: 1/10 parte abiertos.
Respiración: inhala profundo, exhala seguida y completamente y pausa la respiración con el aire fuera. Con los pulmones vacíos aplica mulbhand o cierre de raíz mientras vibras mentalmente “wa”, el cierre de diafragma o uddiyana bandha repitiendo “he”, y por último el cierre de garganta (jalandhara bandha) vibrando “guru”. Se producirá un efecto ondulante en tu columna. Repite 9 veces el mantra con cada respiración (una repetición debe llevar aproximadamente 2 segundos). Después inhala, exhala y continúa del mismo modo.
Tiempo: comienza con 4 ó 5 repeticiones. Poco a poco puedes practicar hasta 11 minutos.
Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.