Hoy quiero ayudarte a evitar un error muy común a la hora de respirar, que es la respiración torácica. En el episodio anterior vimos cómo se producía al tensar y bloquear el abdomen, forzando que la respiración se produzca únicamente en la parte superior de los pulmones.
Vamos a detenernos a conocer en profundidad este patrón, descubriendo qué efecto tiene sobre el cuerpo y la mente y aprenderemos cómo salir de él.
Después podrás disfrutar de una meditación para conectar con la energía de Saturno, ¡no te la pierdas!
Contenido:
- ¿Qué es la respiración torácica? Minuto 5:37
- Efectos de la respiración torácica en el cuerpo y la mente.
- ¿Cómo sé si estoy respirando bien?
- Claves para corregir la respiración torácica.
- Meditación para conectar con la energía de Saturno. Minuto 18:27
Transcripción:
Mientras recorríamos los movimientos de nuestro cuerpo junto a la respiración en el episodio anterior, pudiste comprobar cómo al bloquear la parte inferior del cuerpo, la respiración se concentra en la parte alta de los pulmones.
Es algo que sucede de forma automática, ya sea que estés bloqueando de forma voluntaria o no. Esta última opción es la más habitual, y por eso quiero ayudarte a conocer hoy este patrón y sobre todo a evitarlo.
Vamos a descubrir cómo se produce, qué efecto genera en tu cuerpo y en tu energía, y tendrás todas las claves necesarias para corregirlo.
¿Qué es la respiración torácica?
Podemos decir que la respiración torácica es una reacción natural de nuestro cuerpo, y por lo tanto lo normal es que se produzca de forma automática e involuntaria. Generalmente debido a un sobresalto, susto, angustia o temor.
Estas situaciones literalmente te cortan la respiración y puedes notar cómo te falta el aire. Lo que ocurre en el cuerpo es que el abdomen se tensa, se contrae hacia adentro, impidiendo que el diafragma se expanda, por lo que el único espacio que queda disponible es la parte superior de los pulmones. De ahí su nombre de respiración torácica, ya que se concentra en esa zona del tronco.
Aunque también puedes encontrarla como respiración paradójica, ya que va contra el sentido natural de cómo se debería respirar. Recuerda que en una respiración completa a la hora de inhalar el músculo del diafragma debe expandirse hacia abajo para permitir que los pulmones se llenen. Pero aquí esto no sucede.
Y el problema es que al tener el espacio limitado a la parte superior, la cantidad de aire que inhalamos se ve muy reducida, por lo que el cuerpo lo interpreta como una señal de peligro. Cada vez queremos coger más aire, pero cada vez lo tenemos más difícil, por toda la tensión que crea este tipo de respiración. Y al final entramos en un círculo vicioso que cada vez nos hace sentir peor.
Como dice Donna Farhi:
“Cuanto más te esfuerzas, menos aire consigues”.
donna farhi
Las personas que mantienen este patrón de respiración siempre van a limitar la inhalación a la zona del pecho y a la parte superior de los pulmones, lo que equivale a vivir en un estado de alerta y angustia constante.
En una respiración completa también llenamos esta parte, no te quedes con la idea de que respirar en la parte alta del tronco es algo perjudicial. Sólo lo es si ese es el único movimiento y espacio para el aire. Pero si se realiza dentro de una secuencia que comienza en el abdomen con el diafragma, y continúa hacia arriba de forma continua y fluida, no hay nada de perjudicial en ello.
Por eso podemos identificar como causa principal de este tipo de respiración la contracción o contención abdominal, ya que esto es lo que fuerza la respiración, dirigiéndola hacia el pecho y restringiéndola a esta zona.
Puedes empezar a tomar conciencia de ella comprobando si tu diafragma se mantiene contraído. Y también si tus hombros se mueven mucho al respirar, algo muy habitual en la respiración torácica.
Si has escuchado el episodio 87 en el que hablábamos de la relación de la respiración con la tierra, recordarás el patrón de apuntalamiento. Si no te recomiendo revisarlo, porque es algo que sucede también aquí.
Las personas que respiran únicamente con el pecho tienden a mantener toda la parte superior del cuerpo rígida, como un bloque, impidiendo que la energía fluya y creando una tensión innecesaria.
Efectos de la respiración torácica en el cuerpo y la mente
Ya vimos también en el episodio anterior cómo la respiración torácica hace que los músculos secundarios de la respiración se conviertan aquí en los protagonistas, un papel para el que no están preparados y no tienen suficiente fuerza.
Como todo el peso de la respiración recae sobre ellos, terminan sobrecargándose, lo que se traduce en dolor en la parte superior de la espalda, en los hombros y en el cuello. Y es un dolor difícil de sanar, ya que aunque se alivie la tensión con masajes o cualquier otro tratamiento, volverá inmediatamente al retomar el patrón de respiración. Por lo que debemos buscar no sólo aliviar los síntomas, sino el verdadero origen del problema, que es la respiración.
Además, al mantener el abdomen contraído todo el tiempo, los órganos abdominales sufren por la falta de fluidez y movimiento en la energía y sobre todo, en la circulación sanguínea.
Uno de los motivos que nos llevan a contraer de forma continua el abdomen es parecer más delgados. Pero si estás preocupado por tu peso, debes saber que esto no ayuda para nada, ya que los efectos de la respiración torácica en el cuerpo son tan negativos, que ninguna medida que tomes para adelgazar o ningún ejercicio que hagas será efectivo, a menos que recuperes tu respiración completa.
Piensa que los órganos digestivos se encargan tanto de la asimilación como de la eliminación, y no pueden ejercer estas funciones de forma correcta cuando los mantenemos sometidos a una presión constante que impide que la energía, el Prana o la sangre lleguen a ellos.
Es un problema mucho más grave de lo que alcanzamos a imaginar, ya que este patrón de respiración suele ir asociado a trastornos alimentarios. Vivimos sometidos a unos estándares de belleza difíciles de lograr y mucha gente, especialmente los jóvenes, se ven condicionados por ello, buscando el ideal, aunque sea a cambio de pagar con la salud.
Si buscamos vernos más delgados y contraemos el abdomen, a la hora de ingerir la comida tenemos un grave problema, ya que para comer debemos mantener relajada toda la zona abdominal. de otra forma tendremos problemas a la hora de hacer la digestión, y estaremos lanzando un mensaje contradictorio a nuestro cuerpo, por un lado diciendo que queremos nutrirnos con la comida, pero por otro lado rechazándola al mantener bloqueado el estómago, como ni hubiese espacio para ella ni fuese bienvenida.
Y por si fuera poco, la respiración torácica también se asocia a niveles elevados de estrés, ansiedad, hipertensión y ataques al corazón. Tiene sentido si piensas que esta es la respiración que hacemos cuando tenemos un sobresalto, cuando estamos en modo alerta, como te decía al principio.
Es su función, y no pasa nada mientras sea algo puntual. El problema es cuando se mantiene de forma continua y se convierte en un hábito, cuando es nuestra forma habitual de respirar.
Si somos personas muy inquietas, si estamos siempre nerviosos, acelerados, anticipándonos a todo, es fácil que caigamos en este hábito, así que te animo a tener cuidado. Y como siempre a revisar las causas más profundas que puedan estar generando ese nerviosismo.
Pueden ser miedos arraigados en el subconsciente, falta de autoestima, necesidad de agradar o de demostrar algo… Hay infinitas opciones por lo que siempre es un trabajo personal que debes hacer contigo mismo.
A medida que observes este patrón y te familiarices con él podrás comprobar la cantidad de gente que respira así. De hecho se puede decir que es el patrón más repetido actualmente, porque la respiración inversa es muy habitual, recuerda el mover el abdomen de forma contraria, contrayendo al inhalar y expandiendo al exhalar.
Pero es cierto que las personas que respiran así suelen hacerlo en momentos concretos, y de forma especial cuando les pides que respiren y deben hacerlo para algo específico, una clase de Yoga, un masaje, pero no tanto en su día a día.
¿Cómo sé si estoy respirando bien?
Cualquiera de estos patrones es difícil de reconocer, si no obviamente no caeríamos en ellos, por eso quiero ayudarte a reconocer si estás respirando de forma torácica. Es muy fácil, sólo debes colocar una mano sobre el abdomen, y la otra sobre el pecho, justo sobre el esternón.
Relájate en esta posición y respira con normalidad. Así observa cuál de las dos manos tiene un movimiento mayor al inhalar. Comprueba de hecho si puedes sentir movimiento en ambas manos, o sólo en la de arriba. De ser así nota si estás contrayendo el abdomen.
Observa también si se mueven los hombros, y si lo hacen hacia arriba, en lugar de hacia los lados. Si la sensación es de tensión, en lugar de expansión.
Si las dos manos se mueven y lo hacen a la vez, o si lo hacen en una secuencia comenzando desde el abdomen, no debes preocuparte porque es la forma correcta de respirar.
La respiración torácica se caracteriza por el movimiento únicamente de la zona del pecho. Si es tu caso de momento toma conciencia de cómo estás bloqueando o limitando el movimiento en la parte inferior, en el abdomen, para poder desde ahí empezar a corregirlo y recuperar tu respiración completa.
Claves para corregir la respiración torácica
Para ello lo primero que debes hacer es buscar la relajación, y de forma especial en los hombros y la parte superior de la espalda.
Desde ahí continúa llevándola hacia la parte inferior de tu cuerpo, permitiendo que el diafragma recupere su movimiento, hinchándose al inhalar cada vez que respiras. Te será de gran ayuda deshacerte de toda la ropa apretada, demasiado estrecha, que te quede pequeña, que restrinja o impida el movimiento en el abdomen, y aquí también entran la mayoría de cinturones.
Después puedes revisar tus creencias, sentimientos y expectativas en relación a tu propio cuerpo. Si te sientes cómodo con tu imagen, peso, edad, etc. Recuerda que para corregir de verdad esta tendencia no podemos quedarnos sólo en el trabajo físico, debemos llegar a la raíz del problema y es habitual que esté en el plano psicológico.
Y si te has reconocido al hablar del nerviosismo y la ansiedad, la recomendación es que trabajes para enraizarte, para estar más presente en el ahora, evitando las prisas innecesarias. Comprueba cuándo tu mente se acelera de forma descontrolada y frena a tiempo, no dejes que vaya a más.
Como son varias las causas de esta respiración, no hay una única solución o consejo, pero seguro que con todo lo que hemos ido viendo, tienes ya muchas claves para ponerte a ello.
Meditación de Saturno
- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Postura: sentado en postura Fácil (Sukhasana), vas a colocar las dos manos por delante de tu cuerpo, a la altura del pecho, entrelazando los dedos corazón a la altura de la segunda falange. La palma de la mano izquierda queda mirando hacia el suelo mientras que la palma de la mano derecha queda hacia dentro, hacia el cuerpo. El resto de los dedos quedan cerrados en puños, pero no debes mantener tensión en ellos. Tampoco deben tocar los dedos de una mano a los de la otra, únicamente los dedos corazón entran en contacto, el resto permanecen separados. Los antebrazos quedan paralelos al suelo y en esta posición debes tirar con toda la fuerza que puedas del mudra, a través de los dedos corazón.
- Respiración: lenta y completa, inhalando y exhalando a través de la nariz.
- Ojos: una décima parte abiertos.
- Tiempo: 3 minutos.
- Para terminar: relaja completamente los brazos, pero continúa con la columna recta durante 2 minutos. Después relaja.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.