Seguro que a estas alturas has escuchado muchísimas veces la palabra pranayama. Aparece a menudo en meditaciones o clases de Yoga de todo tipo, y en este podcast nos referimos continuamente a él.
Lo más probable es que creas que se trata de ejercicios de respiración, y, aunque no vas mal encaminado, hoy me gustaría mostrarte que en realidad es un concepto mucho más profundo.
Nos adentramos así en la teoría, historia y filosofía del Yoga para descubrir esta maravillosa práctica, y meditamos juntos para garantizar días felices. ¡No te lo pierdas!
Contenido
- Qué significa la palabra Pranayama.
- Pranayama y Patanjali.
- Cómo se hace el pranayama.
- Meditación para garantizar días felices.
Transcripción
Puede parecer un poco absurdo pararnos a estas alturas a conocer qué es el Pranayama cuando llevamos haciéndolo durante casi 50 episodios. Pero lo cierto es que muchos de vosotros ni siquiera seréis conscientes de ello.
El Pranayama, al igual que todo lo que rodea a la respiración, muchas veces se da por sabido, y nos conformamos pensando que son ejercicios o técnicas de respiración. Y lo cierto es que lo son, pero es un tema muy interesante con una gran profundidad filosófica más allá de la mera práctica.
Por eso hoy me gustaría detenerme a hablar de ello, y, comenzando desde el principio, vamos a empezar por descubrir qué significa la palabra Pranayama.
Qué significa la palabra Pranayama.
Literalmente puede traducirse como control del Prana, ya que se compone de la raíz Prana, que ya sabes que es la energía o fuerza vital, y el vocablo -yama, que se traduce como control.
Esto significa que a través del Pranayama somos capaces de controlar el Prana, es decir, de dirigirlo y transformarlo. Y lo más habitual es hacerlo a través de la respiración, aunque esta definición hace que también deban incluirse otras técnicas diferentes, como los mudras y los bandhas, ya que con ellos también afectamos a nuestra energía sutil.
Por lo que aquí ya debemos empezar a abrir nuestra mente y aceptar que el Pranayama es mucho más que ejercicios de respiración. Aunque lamentablemente esto no suele ser así, y de forma tradicional se ha centrado toda la atención en la parte de la respiración, por lo que hoy también será predominante aquí.
Pranayama y Patanjali.
Si tanta gente conoce esta palabra y es capaz de relacionarla con el trabajo con la respiración, es gracias a Patanjali, un sabio de la India que escribió alrededor de los siglos II ó III a.C. los llamados Yoga-Sutras.
Este libro es la base de todo el Yoga actual y fue el primero en recoger y sistematizar las enseñanzas del Yoga. Digamos que es un manual práctico para relajar y expandir la mente a través del Yoga. Ya que parte de la premisa de que todo el sufrimiento está provocado por las fluctuaciones mentales, pero somos capaces de entrenarnos para aliviarlo.
Para ello Patanjali estableció 8 pasos, que todas las escuelas de Yoga actuales asumen como verdaderos y todas afirman integrarlos en sus prácticas, aunque la realidad es que algunos de ellos pesan mucho más que otros, y es difícil encontrar una tradición a día de hoy que contemple e incluya todos.
Los 8 pasos son:
- Yamas: el primero de los 8 pasos corresponde al aspecto ético, siendo las restricciones o limitaciones que de forma voluntaria asumimos en relación a nuestras acciones. Recuerda que hemos dicho al inicio que yama significa control, por lo que aquí también se puede entender como auto control.
- Niyama: el segundo de los pasos también corresponde a aspectos éticos, pero esta vez en cuanto a la elección correcta de acciones con nosotros mismos, como buen comportamiento. Los yamas serían más como prohibiciones (aunque son siempre algo voluntario) y los niyamas hábitos positivos.
- Asana: una vez que hemos trabajado la parte ética pasamos al trabajo directamente con el cuerpo, y el tercer paso son los asanas, o posturas de Yoga, que diseñados desde un punto de vista energético nos permiten armonizarnos y preparar físicamente nuestros cuerpos para la meditación.
- Pranayama: aquí encontramos el trabajo con la energía vital, y, de forma más concreta con la respiración. el propio Patanajali lo define como “la entrada y salida controladas de la respiración en una postura firmemente establecida”. Por ello primero era necesario trabajar la postura. Y esto es algo muy interesante porque todavía algunas personas mantienen la creencia de que hasta que no perfecciones físicamente una postura, no debes trabajar la respiración en ella. Mi opinión, y la de muchas personas también, es que el trabajo y la conciencia de la respiración son fundamentales y van de la mano con el desarrollo y perfeccionamiento del asana. Yo no creo que se deba esperar, sino integrarlo, y permitir que la respiración sea tu guía para trabajar con la energía sutil. Lo que sí es cierto es que para meditar o trabajar con la respiración debemos mantener una postura consciente que nos permita estar concentrados y llenar de intención nuestra práctica.
- Así pasamos al quinto paso: Pratyahara, y puede que también hayas escuchado esta palabra en alguna clase. Es el inicio de los estados meditativos, ya que a partir de ahora los siguientes pasos nos van a ir llevando a una meditación cada vez más profunda. Aquí comenzamos por sintonizar nuestros pensamientos y sentidos, y puede que encuentres este paso traducido como el control de los sentidos. Pero de nuevo va mucho más allá, porque no se trata de ejercer un control limitante, sino de hacerte presente en ellos y enfocarlos hacia el Infinito, poniéndolos al servicio de una conciencia elevada.
- El sexto paso es Dharana, en el cual alcanzamos una concentración profunda.
- El séptimo Dhyana, caracterizado por una meditación consistente y prolongada, digamos que cada vez vamos entrando de forma más profunda en estados trascendentales.
- Y por último, el octavo es Samadhi, o iluminación, donde nos liberamos de todas las ataduras y limitaciones mentales para experimentar el éxtasis de la unión con el Todo.
Estos 8 pasos son la base del Yoga y toda práctica comprometida debería contenerlos. Hoy nos detenemos en uno de ellos, pero me interesaba que conocieras el contexto en el cual el Pranayama obtiene todo su sentido e importancia.
Cómo se hace el Pranayama.
De este modo ahora vamos a detenernos en el cuarto de los pasos, el Pranayama, para ver cómo desarrollarlo.
Lo más sencillo, y por donde debemos comenzar siempre es por tomar conciencia de la respiración, por hacernos presentes en ella y reconocerla tal y como es. Con este objetivo arrancamos el podcast hace ya algunos meses. Así podemos observar sus fases naturales y reconocer que siempre hay un tiempo de inhalación, después una pequeña pausa, la exhalación, y de nuevo un tiempo de pausa hasta comenzar la siguiente respiración.
A medida que mantenemos y profundizamos nuestra observación, la respiración se vuelve más relajada y nosotros más conscientes. Conectamos con nuestra intuición y sensibilidad, y nos abrimos a reconocer la energía más sutil.
La respiración, así como nuestra concentración se van poco a poco refinando y podemos empezar a practicar con técnicas más complejas. Ya hemos introducido muchas de ellas a lo largo de los episodios, pudiendo hacer respiraciones alternas, cambiando el lado por el que cogemos o soltamos el aire; segmentadas, fraccionando en pequeñas partes la inhalación o la exhalación; podemos suspender la respiración, forzando las pausas que de otra forma son naturales; podemos jugar también con la proporción del tiempo, haciendo que una de las fases de la respiración sea más larga que las demás, etc.
Existen numerosas técnicas de Pranayama, y además podemos combinarlas entre sí, por lo que las opciones son infinitas. Pero como siempre no se trata de alcanzar ningún logro, y lo importante es que el trabajo que realices lo hagas de forma consciente.
Volvemos aquí a la idea de que el Pranayama es mucho más que un conjunto de ejercicios de respiración, y, en palabras de Richard Rosen es:
Una herramienta para expandir nuestra reserva de Prana, normalmente pequeña, alargando, dirigiendo y regulando el movimiento de la respiración.
Richard Rosen
Por lo que el objetivo está en cultivar nuestra fuerza vital, y con ella de paso el autoconocimiento y la transformación.
Y así lo vamos a trabajar hoy pasando ya a la meditación.
Meditación Kriya Infinito: una garantía de días felices
- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Postura: Sentado sobre los talones en postura de Roca (Vajrasana) o en postura Fácil, Sukhasana, mantienes la espalda recta, con la barbilla ligeramente hacia atrás y el pecho elevado. Vas a traer ambas manos ahuecadas a la altura del corazón, colocando una sobre la otra, separadas unos pocos centímetros.
- Ojos: abiertos mirando a las manos.
- Respiración: Completa, inhalando y exhalando de forma lenta a través de la nariz.
- Tiempo: 5 minutos.
- Para terminar: inhala profundo y sosteniendo la respiración estira los brazos arriba. Exhala y repite 3 veces en total. Inhala una vez más y abriendo ampliamente los dedos en las manos gira el cuerpo a izquierda y derecha. Exhala y relaja completamente.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.