Hoy quiero hablarte de los tres vayus o corrientes de prana menos conocidos, samana, udana y vyana. Pero quiero hacerlo de una forma muy especial, a través de sus fábulas.
En este episodio tan diferente nos acercamos a estas energías, para conocerlas con mayor profundidad, conociendo sus historias, para descubrir la riqueza y complejidad de la energía vital.
Y como siempre compartimos al final una meditación, para la positividad. ¡No te la pierdas!
Contenido:
- Los vayus: minuto 5:30
- Samana.
- Udana.
- Vyana.
- Meditación para la positividad: minuto 17:36
Transcripción
Seguro que a estas alturas piensas que ya lo sabes todo sobre el Prana, nuestra energía vital. En este podcast hemos hablado mucho sobre él, ya que es la base espiritual y energética de la respiración. Lo hemos hecho desde diferentes perspectivas, tratando muchos y variados temas, pero siempre podemos descubrir cosas nuevas y seguir aprendiendo.
Aunque tranquilo, que hoy vamos a hacerlo de forma muy sencilla, no va a ser nada demasiado teórico ni sesudo. Con todo el ajetreo y estímulos de las fiestas navideñas ninguno tenemos la cabeza muy centrada. Pero precisamente por eso debemos recordar la importancia de nuestra respiración, y hacerle un hueco en nuestro día.
Los vayus
En este episodio vamos a retomar un tema que tratamos ya en el episodio 34, que son los vayus o corrientes de Prana. Si no lo has escuchado te recomiendo que lo hagas, porque así vas a poder hacerte una idea general, y comprender mucho mejor todo lo que vamos a contar hoy.
Aún así te recuerdo que la energía vital que compartimos todos los seres la llamamos Prana (con mayúsculas). Pero una vez que introducimos esta energía en el cuerpo humano, toma otros nombres, en concreto 5, que son las diferentes corrientes o vayus.
De estos, los más conocidos son prana y apana, a los que hemos dedicado el episodio 74. Son los grandes protagonistas de todas las prácticas y es fundamental que los conozcas y equilibres.
Pero mi objetivo hoy es que conozcas al resto de ellos: samana, udana y vyana. Hablaremos sobre cada uno a través de una pequeña fábula o historia, pero antes quiero recordarte sus características y localización.
Samana se localiza en el abdomen, y gobierna la digestión, la asimilación y el raciocinio. Está vinculado al tercer chakra, y tiene un movimiento poderoso de rotación de fuera hacia dentro.
Udana se localiza desde la laringe hasta la cabeza. Su movimiento es ascendente y gobierna la voz, la mente, el intercambio de aire y la ingesta de alimentos. Se asocia al quinto chakra, vinculándose al sonido y a la conciencia necesaria para la auto expresión.
Vyana se encuentra en todo el cuerpo, ya que es el responsable de hacer que la energía llegue a cada célula o rincón. Su movimiento es del interior al exterior y así distribuye el Prana y asiste al resto de vayus.
Ahora que los conoces vamos a detenernos en cada uno de ellos, comenzando por samana.
Samana – vayu
“Érase una vez, dos pájaros se sentaban juntos, cada uno en un extremo de un posadero de madera resistente. Ambos compartían este espacio vital, pero pese a ello, jamás se miraban entre sí. A veces uno de los pájaros se movía hacia el otro, pero esto desequilibraba la madera, por lo que de forma instintiva regresaba para que el espacio que compartían se mantuviera estable. De vez en cuando, uno de los pájaros trataba de volar. Pero sólo podía hacerlo una corta distancia, antes de ser devuelto al posadero por un trozo de vid atado a su pata. Aunque no existía la posibilidad de alejarse, ninguno de los pájaros comprendía por qué. Los dos vivían juntos sin saber qué era lo que les mantenía unidos al posadero y a las acciones de su compañero.”
Para comprender esta fábula debes recordar el equilibrio entre prana y apana, los dos vayus principales (hablábamos de ello en el episodio 74). Si imaginas a uno de los pájaros como prana, la corriente de energía que nos nutre moviéndose hacia el interior, el otro pájaro sería apana, la corriente que nos limpia moviéndose hacia el exterior.
Ambas deben mantenerse equilibradas, y en relación a la respiración, prana se asocia a la inhalación, a la fase en que nos nutrimos de aire introduciéndolo en nuestro cuerpo, y apana con la exhalación, la fase en que nos purificamos expulsando los residuos.
Samana sería la pausa natural que hay entre ambas fases, enfocada a mantenerlas unidas y a la vez equilibradas. La energía de samana vayu es la que hace que prana y apana se mantengan equilibradas, y sus movimientos sean complementarios, en vez de opuestos o enfrentados.
Es la fuerza que en la rama permite cierta libertad a cada uno de los pájaros, mientras garantiza la estabilidad, haciendo que ambos retornen siempre para mantener el equilibrio u homeostasis. Y esta fuerza reside en tu abdomen, el hogar del tercer chakra.
Puedes desarrollarla entrenando la retención de la respiración, poniendo especial énfasis en las pausas que hay entre inhalación y exhalación. Recuerda que hablábamos de ello en los episodios 14, 15 y 16.
Con la suspensión de la respiración puedes favorecer el equilibrio de prana y apana, mejorando la relación entre ellas. Además esto purifica tu energía sutil y estimula la energía del tercer chakra, en el plexo solar, ayudándote a digerir y asimilar todo tipo de información y estímulos.
Udana – vayu
“Érase una vez, en la famosa carrera entre la tortuga y la liebre, ésta se apresuró a tomar la delantera. Aunque la respiración normal de la liebre tiende a ser de 55 respiraciones por minuto, nuestra corredora ciertamente estaba respirando mucho más rápido como resultado de su esfuerzo físico. Tanto correr como respirar rápido es extenuante para el cuerpo, por lo que la liebre se veía obligada frecuentemente a parar en boxes para recuperarse y repostar. Como resultado de esta respiración rápida y errática, que necesitaba continuamente frenar y reanudar, la liebre perdió la carrera. La tortuga, del otro lado, comenzó la carrera despacio y consiguió mantener este ritmo todo el tiempo. Como caminaba de forma rítmica, más que correr, no necesitó incrementar mucho su ratio normal de respiración (las tortugas tienden a tomar entre 3 y 5 respiraciones por minuto). Esto le permitió completar el recorrido sin parar, y ganar la carrera.”
En el Yoga se dice que la vida de una persona no se mide en el número de años, sino en las respiraciones que toma. Ya hemos hablado de la creencia de que cada persona viene a este mundo con una cierta cantidad de Prana asignada, y, cuando la consume, su vida se acaba.
Las respiraciones rápidas y superficiales nos aportan una menor esperanza de vida. Piensa que la liebre, con sus 55 respiraciones por minuto, vive una media de 5 años. La tortuga en cambio, con 3-5 respiraciones vive un total de 150 años. Aquí obviamente hay muchos otros factores que intervienen, como si son animales libres o si viven en cautividad, a qué especie pertenece, etc. Pero sólo quiero que te quedes con esa idea para invitarte a relajar tu respiración.
Udana es la corriente de energía vinculada a la auto expresión, y se manifiesta a través del sonido. Éste obviamente puede provenir de tu voz, pero también de tu respiración. Tanto al inhalar como al exhalar puedes escuchar un suave sonido cuando tu respiración fluye tranquila. Igual que tienes una voz única, también tienes una respiración única que te permite expresar quién eres y cómo te encuentras. Habrás notado cómo cuando estás alterado tu respiración se vuelve mucho más rápida y superficial, y el sonido que emite es más alto y desagradable.
Lo interesante aquí es que udana no sólo gobierna la voz y el sonido, sino también los pensamientos que hay tras ellos. Recuerda que udana se ubica en la cabeza, el lugar que más frecuentemente habitamos.
Es un lugar que nos lleva a vivir de forma desconectada, identificándonos únicamente con nuestra mente y nuestros pensamientos, dejando fuera al resto del cuerpo, y a las experiencias menos lógicas y racionales.
Pero también es un espacio para recordar esta fábula y buscar la relajación en nuestra mente, a través de la respiración. Al trabajar con udana podemos tomar conciencia de cómo nos expresamos, y reconocer este aspecto comunicativo de nuestra respiración.
Se trata de buscar una respiración más lenta, de reducir el número de respiraciones por minuto, y de emplear cada respiración de una forma más positiva y saludable.
Piensa si tu vida se parece más a la carrera de la liebre o a la de la tortuga. Creo que a todos nos resultará fácil vernos reflejados en la primera, corriendo asfixiados para cumplir con todas las obligaciones, viviendo entre picos y valles de vitalidad, necesitando grandes descansos para reponernos, en lugar de llevar todo a cabo de forma más estable y armoniosa.
Desde ahí no podemos honrar quién somos y lo que transmitimos sobre nosotros mismos no genera más que tensión a nuestro alrededor. Pero todo puede cambiar de forma positiva simplemente haciendo más lenta la respiración, así que ¡está en tus manos lograrlo!
Vyana vayu
“Érase una vez, un hombre había practicado ejercicios de respiración durante muchos años, pero sin cambiar el modo en que vivía, y sin conseguir ninguno de los maravillosos beneficios que él sabía que este tipo de ejercicios le podía proporcionar. Sintiéndose desilusionado, buscó un profesor, que dio a su nuevo estudiante una serie de ejercicios de respiración simples y diferentes. Eran ejercicios preliminares, mucho más sencillos que los que había venido practicando hasta ahora. El profesor también le pidió que comiera de forma saludable y viviera su vida de acuerdo a principios éticos. El estudiante practicó diligentemente, pero no dejó de molestar a su profesor para que le iniciara en técnicas más complicadas. Durante los dos primeros años, siempre le respondió que debía esperar.
Gradualmente, el alumno se acostumbró a los ejercicios y se olvidó de molestar al profesor para conseguir instrucción extra. Practicó de manera regular, y vivió su vida según los principios establecidos por su profesor. Después de varios años, el profesor llamó a su alumno y le pidió que exhalara de forma completa y después inhalara profundo. Al final de la inhalación, mientras comenzaba a retener la respiración, el estudiante sintió su mundo expandirse más allá de cualquier límite.”
La energía de vyana es expansiva, mueve la energía vital del interior al exterior, siendo responsable de tu crecimiento tanto físico como espiritual. Y esta fábula nos enseña las claves del desarrollo espiritual.
Podemos concluir que lleva tiempo, que requiere paciencia, y también cierta purificación, tanto física como ética. Sólo así podremos disfrutar del beneficio real de estas técnicas. Éstas pueden generar un cambio enorme en ti, pero sólo si estás dispuesto a aceptar los tiempos, y a vivir de forma coherente con ello.
Además, vyana se localiza en todo el cuerpo, asistiendo al resto de vayus. Y aquí de nuevo está la importancia de limpiar y cuidar todo el cuerpo, ya que todo está conectado, y si hablamos de desarrollo espiritual, no podemos tratar de hacerlo de manera aislada. Por eso aunque queramos trabajar con la respiración, debemos prestar atención al conjunto de nuestro organismo.
Por eso se dice que en muy pocos minutos puedes hacer arder un terreno entero si la superficie está preparada, con la hierba crecida y seca. Si en cambio la hierba no ha crecido lo suficiente, o no está bien preparada, sólo arderá una chispa y la llama no se extenderá.
Lo mismo sucede en nuestro cuerpo, la energía expansiva de vyana puede desarrollarse con prácticas muy sencillas, pero constantes. Cuidando nuestro estilo de vida y nuestros valores, podemos preparar el terreno en nuestro interior para que llegado el momento, la llama pueda extenderse a través de nosotros, permitiéndonos reconocer nuestra propia plenitud y divinidad.
Meditación para la positividad
- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Postura: sentado en postura Fácil, Sukhasana, con la espalda recta. Las manos sostienen el mudra del Erradicador del Ego, con los dedos enrollados hacia las palmas y apoyados en los montes. Los pulgares quedan separados y estirados. Doblando los codos sube las manos por detrás de las orejas, los codos forman un ángulo recto, la parte superior del brazo en paralelo al suelo y los antebrazos perpendiculares a él. Las palmas de las manos quedan mirando al frente, y las manos, codos y brazos se mantienen alineados dentro de un mismo plano.
- Respiración: segmentada en 4 partes iguales, tanto para inhalar como para exhalar. Con cada golpe de inhalación vibra el mantra So (So So So So) y Hang con cada uno de la exhalación (Hang Hang Hang Hang).
- Ojos: 1/10 parte abiertos.
- Tiempo: 3 minutos.
- Para terminar: inhala profundo, sostén unos segundos el aire y exhala.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.