Estamos acostumbrados a realizar las prácticas que el profesor nos propone en cada clase, o las meditaciones que aparecen en cada episodio. Está bien exponerse a diferentes experiencias y conocer todo tipo de técnicas.
Pero hoy quiero ayudarte en una situación diferente, y es cuando tú mismo quieres, o necesitas, elegir qué práctica de respiración realizar.
Hoy te doy todas las claves para que puedas optar por la opción más beneficiosa en cada momento, y hacemos juntos una meditación para el poder y el control de tu propio calibre. ¡No te la pierdas!
Contenido
- Cómo elegir un patrón de respiración. Minuto 18:56
- Conoce tu propia respiración.
- Acepta e integra las oscilaciones.
- Aprende a auto regularte.
- Observa tu entorno.
- Aprovecha las emociones.
- Calma y activación.
- Sé paciente.
- Meditación para el poder y el control de tu propio calibre. Minuto 30:01

Transcripción:
Hoy quiero hablar contigo sobre algo que tal vez no siempre consideramos, y es cómo elegir el patrón de respiración que más nos conviene en cada momento.
Estamos acostumbrados a seguir las meditaciones que un profesor nos sugiere o las prácticas que aparecen en cada clase o episodio, ¡y eso está genial! Nos expone a diferentes experiencias y nos permite descubrir muchas técnicas nuevas.
Pero, ¿qué pasa cuando llega el momento de elegir por nosotros mismos? Tal vez quieres calmarte antes de una reunión importante, o necesitas energía para encarar un día complicado.
O, más importante aún, puede que no tengas ningún evento ni acontecimiento especial, pero que igualmente necesites calmarte o tener un aporte extra de energía.
Y esto por evidente que pueda parecer, no es tan sencillo de reconocer. A veces, como por ejemplo al despertar, te será fácil saber que necesitas vitalidad. Pero otras muchas veces puede que te sientas cansado, cuando en realidad lo que estás es estresado. Y si no observa cómo el estrés te roba toda la vitalidad.
Por eso, en esa situación, no es buena idea tomarse un café, como tampoco lo es hacer un pranayama energizante, sino todo lo contrario.
Las herramientas las tenemos, en muchos episodios hemos dado técnicas específicas, por ejemplo, en el próximo voy a compartir contigo los mejores pranayamas para combatir la fatiga. Pero no dejan de ser herramientas que tú debes saber cuándo y cómo aplicar.
Cada vez el mundo se mueve más rápido, el contenido que encontramos en las redes busca la inmediatez, la velocidad y la brevedad. Es lo que valoran los motores de búsqueda y es a lo que nos estamos acostumbrando. Pero esto tiene un precio en nuestra capacidad de atención, y, sobre todo, en la desconexión de nosotros mismos.
Yo no quiero decirte rápidamente qué efecto tiene cada respiración, y que tú te creas que lo sabes porque lo has escuchado a la vez. Quiero que lo sientas en tu propio cuerpo, y quiero que seas capaz de actuar por ti mismo, sin depender en todo momento de un video de YouTube, o de Tik Tok.
Hoy me gustaría profundizar un poco más, y darte todas las claves que necesitas para que puedas decidir por ti mismo qué tipo de respiración es mejor para ti en cada situación.
Cómo elegir un patrón de respiración
La respiración es una herramienta poderosa que todos llevamos dentro, lista para usar en cualquier momento. Puede ayudarnos física, emocional y espiritualmente. Pero, como todo, no hay una única fórmula que funcione para todo el mundo ni para todas las situaciones por igual.
Por eso, es importante aprender a observar nuestras propias necesidades y elegir conscientemente qué tipo de respiración practicar según el momento.
Hoy exploraremos cómo conocerte mejor a través de tu respiración, cómo trabajar en equilibrio y cooperación con tu cuerpo, y cómo usar estas herramientas para mejorar tanto tu práctica como tu vida cotidiana.
Conoce tu propia respiración
El primer paso para elegir una práctica de respiración es conocerte a ti mismo. Y, obviamente, conocer bien tu respiración. Y esto implica saber cómo es o cómo se siente tu respiración cuando estás tranquilo, pero también en situaciones de estrés.
El único tiempo que solemos dedicar a observar la respiración es cuando nos sentamos a meditar o a practicar yoga. Aquí es relativamente fácil entrar en contacto con ella. Pero esta es sólo una pequeña muestra. No podemos asumir que por escuchar nuestra respiración un ratito mientras estamos tranquilos practicando, sin nada que nos moleste o distraiga, ya la conocemos.
De hecho, ya hemos hablado de esto en el episodio 98, “La respiración en el día a día”. Hoy continuamos trabajando esta idea.
Para conocer realmente tu respiración debes observarla tanto en la quietud como en el movimiento y la acción, y también en diferentes estados de ánimo o vitalidad, cuando estás cansado, cuando te sientes enérgico, los días en que te enfadas, estresas o desanimas, etc. Cuantos más estados diferentes identifiques y más matices conozcas de tu respiración, mejor.
Para ello puedes hacerte preguntas sencillas, como por ejemplo, si tu respiración es rápida o lenta, profunda o superficial, si se siente más en el pecho o en el abdomen, si favorece el estado en que te encuentras o si al contrario lo dificulta o interfiere con él de algún modo. Al notar estas cosas sin juzgarte, empiezas a crear una relación más íntima con tu respiración.
Así que cuando elijas un ejercicio o técnica de respiración, pregúntate si esa práctica te ayuda a conocerte mejor. Si la respuesta es sí, ya tienes un buen punto de partida.
Acepta e integra las oscilaciones
La respiración tiene su propio ritmo natural, es un vaivén entre inhalar y exhalar. Ambas fases se alternan de forma continua y, aunque no siempre son iguales en duración, ambas partes deben sentirse conectadas y equilibradas.
Practicar respiraciones que respeten este flujo natural puede ayudarte a armonizar otros sistemas en tu cuerpo, como el nervioso, el digestivo o el cardiovascular.
De nuevo puedes observar si la práctica que eliges te hace sentir este balance y esta cooperación. Si la respuesta es sí, probablemente estás alineado con algo saludable y sostenible.
Si, al contrario, te hace perder la fluidez y el equilibrio, por ejemplo, cuando estás haciendo respiración de fuego y llega un momento en que estás soltando mucho más aire del que coges y tienes la sensación de asfixia, esa práctica no es adecuada.
O puede que lo sea, pero que necesites avanzar a través de ella de una forma más suave y progresiva. Porque todos queremos hacer las prácticas completas, llegar al estado final que nos enseña el profesor, pero muchas veces no estamos preparados para ello, y quien lo paga al final es nuestro propio cuerpo, con consecuencias negativas para nuestra salud.
Esto va en contra de cualquier principio del Yoga, y hoy quiero insistir en la necesidad de reconocer qué efecto tiene la práctica en ti.
A veces simplemente necesitarás un tiempo de descanso, como cuando estás haciendo la respiración de un minuto, y cuando llevas ya unas cuantas seguidas necesitas frenar y tomar una respiración más rápida.
Esto también puedes observarlo, porque si tu cuerpo no está preparado te ocurrirá siempre. Pero incluso si estás preparado, si cuentas con suficiente experiencia, aún así, habrá días en lo que estés más cansado o distraído, y aparezcan las dificultades.
No puedes dar nada por hecho, debes trabajar desde el presente, aceptando tu estado y condición en cada momento, permitiendo que tu inhalación y exhalación se relacionen y sucedan de forma continua y equilibrada.
Aprende a auto regularte
El objetivo de practicar respiraciones conscientes es que puedas usarlas en cualquier momento, no sólo en la esterilla o durante una clase. Por ejemplo, en un momento de estrés, podrías recurrir a una respiración lenta y profunda para calmarte. O si necesitas más energía, tal vez elijas una respiración más rápida y activa.
Recuerda que la respiración es una herramienta magnífica para transformar nuestra energía, y que la podemos aprovechar de forma consciente para ello. Puede ayudarte tanto a relajar como a activar, pero no sólo eso, también puede darte enfoque, equilibrio emocional o purificación.
La clave es practicar hasta que estas herramientas se vuelvan naturales para ti. Que trabajes observando atentamente el efecto de cada técnica, para que puedas notarlo en tu propio cuerpo, y decidir por ti mismo llegado el momento. Que sepas lo que a ti te funciona o te sienta bien sin depender de nadie más.
Es verdad que la ciencia del pranayama está muy estudiada y se ha desarrollado a lo largo de muchos años, teniendo en cuenta la experiencia de miles de personas. Así se ha llegado a identificar el efecto de diferentes patrones de respiración, pudiendo desarrollar este sistema.
Pero pese a que se conozcan los beneficios de cada respiración, esto no quita a que tú en un determinado momento te sientas mejor con una práctica que con otra.
Además, son técnicas que están pensadas para una práctica comprometida y disciplinada, a modo de entrenamiento, pero hoy estamos hablando de cómo elegir un patrón de respiración para apoyar un estado o momento concreto.
Así que otra cosa que puedes preguntarte es si la práctica te ayuda a gestionar tu respiración fuera del entorno de aprendizaje.
Si eres capaz de hacer durante media hora una respiración dificilísima o muy exigente, pero después no eres capaz de dormir, o de calmarte antes de gritarle a tus hijos, déjame decirte que tu práctica no tiene ningún sentido.
Observa tu entorno
Además, como vimos en el episodio 25, “El efecto de la respiración en los demás”, tu respiración no sólo te afecta a ti, sino también a quienes te rodean. Cuando respiras de manera calmada y consciente, puedes influir positivamente en la energía de tu familia, amigos o compañeros de trabajo.
Puedes tener esto en cuenta y preguntarte si tu práctica mejora cómo te relacionas con los demás a través de tu respiración.
Aprovecha las emociones
Una buena práctica de respiración no busca reprimir ni exagerar lo que sientes, sino acompañarte en tu experiencia emocional. La respiración y las emociones están profundamente conectadas.
Si estás triste, tal vez necesites una respiración suave y pausada, o al contrario, una más enérgica que te dé un empujón. Si estás feliz, podría resonar contigo una respiración más expansiva.
Sólo tú tienes la respuesta, y por eso es tan importante que te permitas sentir, escuchar y conocer tanto tu respiración como tus emociones. Así podrás elegir una práctica que te ayude a conectar con lo que realmente sientes, o que te permita transformarlo si es que lo necesitas.
Calma y activación
Lo más sencillo de transformar es nuestra vitalidad, la respiración es el método más efectivo para lograrlo. En ella encontramos un equilibrio natural entre activación y calma. El mismo cuerpo que inhala también exhala.
Algunas técnicas, como las respiraciones rápidas, la respiración de fuego, inhalar a través del lado derecho de la nariz, o hacer que la inhalación dure más que la exhalación, pueden darnos energía.
Si quieres aprender más sobre cómo se relacionan la respiración y la vitalidad te recomiendo volver al episodio 86, donde también te hablo de los mejores pranayamas para incrementar tus niveles de energía.
Si, en cambio, lo que necesitas es relajarte, puedes ir a técnicas como las respiraciones profundas y lentas, ujjayi pranayama, inhalar a través de la fosa nasal izquierda, o hacer que la exhalación sea más larga que la inhalación.
De todo esto hablamos en el episodio 103, donde encontrarás además nuevas técnicas con las que relajar la tensión.
Ambos aspectos son igual de importantes y es importante conocerlos, para poder alternar según lo que necesites en cada momento.
Así que la próxima vez pregúntate si tu práctica te ayuda a ajustar la energía según lo que necesitas ahora.
Sé paciente
Por último, recuerda que la respiración es algo que hemos hecho de manera automática durante toda la vida. Cambiar patrones establecidos lleva tiempo y práctica constante. Aunque un ejercicio puntual en una clase pueda ser poderoso, el verdadero cambio viene con el tiempo y la constancia.
Una práctica adecuada tiene el potencial de transformar tu respiración a largo plazo, y así debes valorarla.
Espero que este episodio te haya dado algo más de claridad y confianza para elegir qué tipo de respiración practicar según tus necesidades. Ahora te invito a una meditación de Kundalini Yoga para ayudarte a conectar con tu respiración natural y encontrar ese equilibrio entre energía y calma que tanto buscamos.
Meditación para el poder y el control de tu propio calibre

- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Postura: sentado en postura Fácil (Sukhasana), cierra ambas manos en puños, dejando los dedos pulgares apoyados por debajo de los dedos meñiques. Los puños deben mantenerse fuertemente apretados. Coloca las manos por delante del cuerpo, a la altura del corazón, haciendo que se toque el segundo segmento de cada mano. Deja que los codos se mantengan relajados a los lados del cuerpo.
- Respiración: mantén el siguiente patrón, inhala a través de la nariz durante 4 segundos, exhala a través de la boca durante 4 segundos, inhala por la boca durante 4 segundos y exhala por la nariz durante 4 segundos.
- Ojos: enfocados en la punta de la nariz.
- Tiempo: 11 minutos.
- Para terminar: inhala profundo al máximo de tu capacidad, sostén el aire durante 15-20 segundos mientras estiras alargando la columna, los brazos y las manos hacia arriba, como si quisieras despegarte del suelo. Exhala y repite esta respiración dos veces más.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.
