Ranas
Tipo de asana: postura de Kundalini Yoga
Las ranas son bien conocidas por los practicantes de Kundalini Yoga. Es uno de los asanas principales y, aunque lleva tiempo perfeccionar la técnica y fortalecer el cuerpo, sus beneficios compensan enormemente.
Junto con Sat Kriya es uno de los mejores ejercicios que puedes realizar para equilibrar el triángulo inferior de chakras. También restaura el flujo energético de tu cuerpo, eliminando los bloqueos que lo limitan, y te llena de vitalidad.
Aparece en numerosos kriyas, casi siempre como 26, 54 o 108 repeticiones, pero también puedes realizarlas de forma independiente siempre que quieras. No dejes que las agujetas iniciales te desanimen y prueba a hacerlas cada día, ¡no te arrepentirás!
Postura de la Rana: paso a paso
Para comenzar:
- Comienzas colocado en cuclillas apoyando sólo los dedos de los pies.
- Las piernas están abiertas con las rodillas hacia fuera.
- Los talones están despegados del suelo y en contacto uno con otro.
- Pasando los brazos entre las piernas, apoyas sólo la yema de los dedos en el suelo.
- La columna está recta y la cabeza mira al frente.
Movimiento:
- Desde la posición inicial inhalas elevando la cadera hasta colocar las piernas rectas. Las rodillas no se doblan, los dedos siguen apoyados y los talones separados del suelo. La cabeza acompaña al movimiento, por lo que en esta posición baja y queda mirando hacia las piernas.
- Exhalas regresando a la posición inicial, de nuevo con las piernas flexionadas y la cabeza al frente.
Puntos que debemos revisar
- Al hacer las Ranas los talones deben mantenerse elevados todo el tiempo, en ningún momento debes bajarlos al suelo.
- Vigila que en las manos sólo apoye la yema de los dedos en el suelo.
- Asegúrate de coordinar bien la respiración.
- El movimiento debe ser bastante rápido para estimular el flujo de energía.
- La cabeza se mueve, aunque no tiene movimiento propio, acompaña a la columna y forma un único bloque con toda la parte superior del cuerpo.
Ranas: errores más comunes
- Apoyar toda la palma de la mano en el suelo.
- Dejar las piernas juntas todo el tiempo, sin espacio entre ellas se obliga a llevar los brazos por fuera.
- No completar todo el recorrido al subir, por lo que las piernas no llegan a estirarse del todo.
- Desequilibrar la postura desplazando el peso hacia delante y cargarlo sobre las manos.
- Dejar la cabeza fija sin movimiento.
- Darle a la cabeza un movimiento independiente al contrario de como debería ser, es decir, subirla al elevar la cadera y bajarla al regresar a la posición original.
- Hacer el movimiento demasiado lento, esto impide que se cree el flujo de energía necesario, a la vez que hace la realización mucho más difícil, pese a que pueda parecer todo lo contrario.