El objetivo de todo Yoga es crear un flujo de energía que permita incrementar nuestro potencial humano. Para ello trabajamos con prana y apana, las principales energías del organismo. Prana fluye hacia el interior del cuerpo para nutrirlo, y apana hacia el exterior, para purificarlo. Cuando ambas existen en la medida correcta y son combinadas, se crea un nuevo estado de calma y neutralidad, desde el cual podemos fluir de forma más armoniosa con la vida, y disfrutar de un estado de mayor conciencia.
Todos los esfuerzos en las posturas, la respiración y las meditaciones detonan nuestra capacidad de transformación. Por ello después de cada ejercicio nos interesa mantener la mezcla de prana y apana, para aprovechar e integrar todo el trabajo, y así despertar la energía kundalini. Esto lo logramos gracias a los bandhas. Los bandhas son cerraduras aplicadas muscularmente en el cuerpo, que dirigen la energía sutil, mezclando prana y apana para poder aprovechar el esfuerzo hecho durante la práctica y producir así un fuerte impacto en el cuerpo y la mente. Hay tres principales:
- Cerradura de cuello: Jalandhara bandha
- Cerradura de diafragma: Uddiyana bandha
- Cerradura de raíz: mulabandha
Cuando se aplican las tres juntas se llama Gran Cerradura o Mahabandha. Vamos a estudiarlas una a una.
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