Como su propio nombre indica, en las posturas invertidas, el cuerpo invierte su posición, y la cabeza queda por debajo del nivel de la cadera.
Esto genera una relación distinta con la fuerza de la gravedad, es como si todo se diese la vuelta y se pusiera del revés. En un principio puede parecer confuso porque surge una percepción totalmente distinta de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea.
Pero este cambio rápidamente nos calma y oxigena, el cerebro se llena de sangre, la mente se aclara, el sistema nervioso se relaja,… Se crea un espacio de calma que invita a una introspección profunda.
El efecto es una renovación total, por lo que puede ayudarte de forma especial tras una práctica o ejercicio físico intenso, después de un duro día de trabajo, o si te sientes simplemente cansado y necesitas aumentar tus niveles de energía.
Te cuento en la presentación todo lo que necesitas tener en cuenta:
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