Imagina las raíces de un árbol, firmemente ancladas en el suelo, nutriéndose de la tierra, totalmente estables, seguras y arraigadas. Así es como quiero que te sientas, por lo que a través de esta práctica vamos a trabajar la energía y estabilidad en el primer chakra, enfocándonos en apana, la energía que nos limpia y nos conecta con lo más básico de nuestra existencia. Te hablo de ella en el vídeo de presentación.
Permítete sentir cada respiración como un ancla que te conecta con la tierra. Siente cómo cada movimiento te ayuda a soltar lo que ya no necesitas y a fortalecer tus cimientos. Vamos a trabajar todo el tiempo en el suelo, con mucha apertura de caderas, y cada asana será una oportunidad para sentirte más enraizado, más presente, más tú.
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